Practicar, repetir, mejorar

Publicado el 25 abril 2016 por Cads @CaDs

Escribo esta entrada con las agujetas del día de ayer en el cuerpo mientras el equipo de atención al cliente, en la habitación de al lado, practican como cada día las frases de cortesía con las que responden a los clientes por teléfono.
Mis agujetas vienen del campeonato de karate de Setagaya en el que participé ayer.

Puede que esto no tenga mucho sentido fuera de mi cabeza, pero se me acaba de ocurrir que lo que hace el equipo de atención al cliente en la habitación de al lado se parece mucho a lo que vengo haciendo yo durante estos últimos años.
Practicar, repetir y, en lo posible, mejorar.

Ayer participé en la categoría de katas para no cinturones negros. Para esto me llevo preparando de manera más o menos seria desde Enero, pero llevo repitiendo los mismos 2 katas que usé cerca de 2 años.

Y de la misma manera que la gente de la habitación de al lado repite cada una de sus frases, y son corregidos por el manager del grupo, dando pequeñas indicaciones de cómo mejorar, creo que yo hago mas o menos lo mismo, solo que en el dojo en lugar de la oficina.

Creo que estoy aprendiendo sobre aprender cosas a la manera japonesa.

Imagino que, al igual que yo con mis katas, la gente de atención al cliente, tras haberse aprendido de memoria las formulas de cortesía, las practican a diario, buscando el tono de voz correcto, la cadencia adecuada y tratando de emitir una voz que resulte lo más agradable posible de manera que el cliente que llame sienta que es atendido de la mejor manera posible.
Es un proceso que no tiene fin porque, si buscas lo suficiente, siempre hay algo que mejorar.

Y creo que este es el punto clave, seguir teniendo interés en buscar algo que mejorar.

En mi caso todo se traduce a elementos mucho más físicos. Trabajar las posturas, la flexibilidad, aumentar la resistencia de los músculos, trabajar la explosividad, y sobre todo la respiración.
Aprender, repetir y mejorar.

Y en mi caso, el buscar esos puntos que mejorar, significa cruzarme Tokio cada sábado por la mañana para ir a entrenar.
El entreno de los fines de semana es muy diferente, porque habitualmente suelo ser el único alumno y eso me permite entrenar uno a uno (man to man, como dicen por aquí) con mi profesor.

Una y otra vez repito los mismos katas. Y, a medida que voy progresando, se abren nuevos retos, nuevos lugares en los que mejorar.

Es como subir tramos de escaleras. Una vez que logras subir el último peldaño se abre ante ti el nuevo tramo. Y cada tramo lleno de escalones nuevos por los que ascender.

Muchas veces la gente de soporte, cuando hablo con ellos, me dicen que es un coñazo lo de tener que repetir lo mismo cada mañana, pero que en realidad les ayuda bastante en su trabajo.

Yo también, en muchas ocasiones me harto de repetir lo mismo cada vez. Pero ayer gané el campeonato.

En mi opinión mi actuación dejó mucho que desear.
Estoy acostumbrado a entrar en madera o en tatami como mucho, pero ayer en tuve que competir sobre las colchonetas oficiales y no había practicado sobre ellas. Me faltó el equilibro en demasiadas ocasiones y mis desplazamientos los sentí bastante torpes.

Y aún así gané el campeonato, según lo que dicen los demás, de manera holgada, ya que casi todas las banderas de los jueces eran de mi color.

Y más que en medallas y felicitaciones, yo en lo único que pienso ahora es en volver al dojo.

Para seguir practicando y repitiendo