Acostumbrado a no estar acostumbrado
a este miedo que se hace barrancas
mías , ajenas
miedo por el vértigo de tu piel
y de tus precipicios
precipicios que van
desde la punta de tus pezones
hasta mi abismo
precipicios en donde caigo y caigo
precipicios de ausencia
¿cuanto más se puede caer en la ausencia?
y es miedo, es hielo y es la almohada
y es esa lágrima que explotó de muerte
tu lágrima
mi abismo
la costumbre de no decir
acostumbrado a no estar acostumbrado.