![Pregúntale a la oveja XXIII Pregúntale a la oveja XXIII](http://m1.paperblog.com/i/147/1476687/preguntale-oveja-xxiii-L-4Er19e.jpeg)
Ains, pisioso. Yo no puedo decirte si sigues enamorado o no. No soy quién para juzgar si vuestra relación va bien o mal, si se te pasará o no, porque me faltan datos y además tu miedo puede estar causado por muchos factores. Lo que sí sé es que el desencadenante ha sido ese paso más que ha querido dar tu novia, y eso quiere decir que de alguna forma te inquieta cambiar lo que tienes ahora. Párate a pensarlo: ¿de verdad quieres permanecer como estás? ¿Por qué? ¿Quieres comprometerte en serio con ella o no? Conozco a varios chicos que están en tu misma situación y te aseguro que están muy enamorados de su pareja. Lo que pasa es que les acojona la responsabilidad y no sólo en cuanto a su relación, sino al hecho de salir del nidito familiar y empezar a ejercer como el señor de su casa. Parece que os encanta ser un Peter Pan de por vida, y siento comunicarte que eso es imposible. De cualquier modo, y como no sé cuál es la razón de tu malestar, mi consejo es simple: no te conformes. Quiérelo todo, ve a por ello y actúa en consecuencia. Si esta situación te ha hecho comprender que estás con tu novia por inercia, actúa. Si el miedo te impide hacer lo que de verdad quieres, que es estar con ella, actúa. Haz lo que sea, pero muévete. Vive. No te conformes.
Y por si acaso con él lo ves más claro que conmigo, te presto a Benedetti.
No te salves.
No te quedes inmóvil
al borde del camino,
no congeles el júbilo,
no quieras con desgana,
no te salves ahora
ni nunca:
no te salves.
No te llenes de calma,
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo,
no dejes caer los párpados
pesados como juicios,
no te quedes sin labios,
no te duermas sin sueño,
no te pienses sin sangre,
no te juzgues sin tiempo.
Pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo,
y quieres con desgana,
y te salvas ahora,
y te llenas de calma,
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo,
y dejas caer los párpados
pesados como juicios,
y te secas sin labios,
y te duermes sin sueño,
y te piensas sin sangre,
y te juzgas sin tiempo,
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas,
entonces...
no te quedes conmigo.