El mar se abre
rompe en una escollera de cuerpos tuyos
llenos de dudas.
El mar se cierra
y es la libertad de tu pecho
plagado de irremediable tibieza
lo que alimenta mis ansias de saber de vos.
El mar inquiere a las aguas que lo forman
a las ganas
a las desnudas memorias de los aguaceros que lo besan.
El mar pregunta
Pésaj de agua y lágrimas
sin niños
ni ganas de saber.
Y la curiosidad del mar
lo condena a ir y venir a tu encuentro,
a tu piel,
a tu sueños ya sin lunas
ya sin miedos
a tu cuerpo,
bendita respuesta de Dios
a mi pregunta
a mis dudas
a mi hambre,
pan ácimo que dejamos vos y yo sin leudar
para poder escapar
de un amor que como el mar nunca deja de volver a llegar.
Rubén Callejas