Existe un punto bien tragicómico en la vida de aquellos que al meterse a filosofar sobre la vida se van armados únicamente con la lógica racional empírica, lo cual es irse muy mediocremente armados como veremos.
Para ellos el proceso de saber de algo consta de establecer de forma muy lógica sus componentes, orígenes, medidas y peso. Y esto es muy efectivo para construir puentes y sintetizar una importante cantidad de sustancias químicas, pero cuando los puentes y químicos finalmente ocupan el lugar que les corresponde, es decir a lo mucho cierta etapa en los intereses normales de un ser humano, toca finalmente preguntarse cositas como: ¿Qué es la vida?.
Y para aquel que se mete por ahí y va así pobremente armado como decimos, le va mal, porque no encuentra ni origen "lógico", ni descomposición en elementos, y quizás tenga que terminar por concluir (si es que es fiel hasta la muerte a su método) de que la vida no existe... cuando el mismo se puede plantear tales preguntas es precisamente porque existe.
Es importante añadir acá que en escuelas de filosofía no descuidadas como la védica, este tipo de confusiones ridículas no existen, porque en ellas esta establecido el término Jiv, que significa: Alma o el que piensa y vida a la vez.
En el caso que ilustramos acá sin embargo nuestros amigos se enredan como niños tratando de contestar: ¿De qué color era el caballo blanco de Bolivar?
Da un poco de sonrojo tener que aclararlo pero el caballo es blanco, compañeritos, y la vida proviene de la vida.