Pero, ¿quién se imaginaría que todo se cumpliría, que los frenos del coche fallaran y, tras estamparnos, los dos saliéramos proyectados por el parabrisas para cumplirse aquella premonición?
En mi sueño, el fatídico mensaje era claro: así terminaría nuestra relación; vaya, ¡qué tristeza, las palabras del cura se hicieron realidad!
Pero, ¿quién se imaginaría que todo se cumpliría, que los frenos del coche fallaran y, tras estamparnos, los dos saliéramos proyectados por el parabrisas para cumplirse aquella premonición?
Pero, ¿quién se imaginaría que todo se cumpliría, que los frenos del coche fallaran y, tras estamparnos, los dos saliéramos proyectados por el parabrisas para cumplirse aquella premonición?