Presiento una larga noche.
Una noche con larguísimas horas
el caos, la sinrazón de estar cabreado,
y peligrosas canciones de tristeza.
Porque,cuando un poeta deja de hablar,
y el mundo es ahora más culpable que nunca.
Ya no recuerda el hombre sus primeros tiempos,
ni cual fue la soledad negra que lo envolvía...,
o la tentación que le ahogara.
Qué turbadora imagen de desdicha
estos corazones en el olvido
en los huesudos brazos del hambre,
!Oh!, que triste caudal,