Me pintaron primaveras en los brazos
sin saber que entre rosa y rosa había una espina.
Se clavó en mi piel y brotaron ramas verdes.
Brotes de vida que me recuerdan que
todo llega y muere y rebrota.
Miré mis brazos y supe que
hay esperanza entre lirios y amapolas.
La efímera primavera se condensa en el instante
y mi mirada se detiene
y contempla cada nuevo color
en los paisajes cotidianos.
Ayer verde
hoy rojo, amarillo y morado.
Y mañana...
mañana no ha llegado.
Vuelvo al instante
y descubro que cuando contemplo,
me estoy contemplando.