La curiosidad me jaló hasta el baño; ahí estaba, se había encerrado en uno de los sanitarios. Olía a humo de cigarro. Caminé de puntitas y por momentos agachada para descubrir en cuál de los compartimientos se escondía. Sus zapatos sucios de barro la delataron, entonces me planté frente a la puerta. ¿Qué quieres?, gritó. Di un brinquito al escuchar su voz, pero me armé de valor: si no me dejas darle una calada al cigarro, iré a acusarte con el prefecto, le diré que todos los días vienes a fumar y que para que no te huela la boca, muerdes papel sanitario; sentencié categórica. Alejandra me conocía bien y estaba segura que yo no diría nada, era mi costumbre amenazar para ver si picaba el pez. Abrió la puerta del bañó y me extendió el pitillo. Lo disfrutamos en silencio, intenté darle el golpe en varias ocasiones sin lograrlo; esa vez me di por vencida porque la tos nos pondría en evidencia. Después de masticar papel, cada una salió en turno hacia el salón de clases. Meses después, ya en la preparatoria, el cigarro se convirtió en uno más de mis amigos...
Recuerdo del día: "La primera noche" es un relato de Marguerite Yourcenar. De la recopilación de cuentos inéditos titulada Cuento azul . "La primera noche" está escrito a cuatro manos, el padre de Yourcenar escribió el principio con la finalidad de hacer una novela, Marguerite lo terminó y se convirtió en relato.
Qué aburrido hubiera sido ser feliz, dijo alguna vez Yourcenar. Sus personajes se perciben melancólicos: "...la mayor parte de los momentos de nuestra vida serían deliciosos si el futuro o el pasado no proyectaran su sombra sobre ellos, y generalmente no somos desdichados más que por recuerdo o anticipación". Un cuento donde esa primera noche es el preámbulo de las siguientes, incluso, una fotografía fiel y cruel de la última noche...
Foto de Tomi Bouquet en flickr
Mafalda desde si misma...