Revista Literatura

Primero Yo, después Yo y siempre Yo.

Publicado el 20 agosto 2011 por Marga @MdCala

Ego.

(Del lat. ego, yo).

1. m. Psicol. En el psicoanálisis de Freud, instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superyó y la realidad del mundo exterior.

2. m. coloq. Exceso de autoestima.


Primero Yo, después Yo y siempre Yo.

Recién leída esta entrada que recomiendo para conocernos (y reconocernos) mejor a nosotros mismos, he estado pensando en lo curioso que es el tema del Ego. El propio y el ajeno.

Siempre había pensado que mi autoestima -y así lo dejé escrito en numerosas ocasiones- era baja e insuficiente para llevar a cabo los proyectos que deseaba. Estaba convencida de ello; pero quizás toda esa humildad autoproclamada no haya sido sino una demostración de la personalidad contraria: mi Ego, astuto él, se hacía pasar por incapaz para exhibirme ante los demás como realmente soy, una débil ególatra sin remedio, necesitada de halago y empuje constante… Sigo dándole vueltas al tema y agradezco la ayuda de quien me conozca bien para aclararlo definitivamente. ;-)

Y una vez mojada (chorreando diría yo), tras este jarro de agua fría que me he regalado ante mis lectores, paso a generalizar las demostraciones de egotismo que observo a diario, tanto en pantalla, como fuera de ella. Tal vez alguno más se reconozca en estas líneas pero, por favor, que nadie lo tome de forma personal-individual: no existe la exclusividad en un comportamiento, todos reproducimos tics, modos y costumbres aprendidas. De hecho, aquí viene más agua…

Nuestro Ego nos conduce a:

-Abrirnos una cuenta en una Red social. Da igual su nombre; necesitamos mostrar nuestra vanidad al desnudo, cíclicamente, para dejar claro que existimos y que nuestra vida sigue el camino correcto. Que sea o no verdad es lo de menos.

-Escribir en un Blog: aquí la necesidad de expresión de todo aquel que no puede vivir sin escribir, se mezcla con el afán por hacer proselitismo de aquello que cree “la verdad”.  Nuestra opinión elevada al cubo.

-Exhibir fotos de forma pública: no contentos con enseñarlas a la familia y amigos, algunos vamos más allá y las mostramos al mundo en su totalidad. Nos colocamos en el escaparate de los Egos, para que nos digan lo guapos que somos… (Incluso a personas de dudosa belleza física se las piropea sin pudor).

-Colocarnos medallas de conquistas: esto, hasta hace poco tiempo, era patrimonio exclusivo de los señores (por decir algo), pero ya se va extendiendo al otro género. Presumir de ligues y admiradores, incluso cuando no se debiera (por el estado civil más que nada), es algo que está a la orden del día.

-Manifestar sin recato que lo nuestro es lo mejor: si no lo es, sólo hacemos el ridículo y demostramos nuestro complejo de inferioridad… y si lo es, no hace ninguna falta decirlo. Todos lo saben.

-Hablar de nuestros bienes o nivel de vida. Presumir de dinero siempre ha sido de muy mal gusto y de nula educación. Sólo consigue incomodar al oyente que, generalmente, se encuentra en una posición inferior.

-Acordarnos del familiar únicamente cuando necesitamos algo de él. El egoísta no se alimenta de ofrecer ayuda (salvo que sea de manera pública), sino de pedirla. Mis necesidades son las que importan y ninguna más.

-Preocuparnos, incluso, de nuestro futuro epitafio: sólo la vanidad más inflada es capaz de hacernos pensar sobre lo que dirán de nosotros una vez muertos, o el aspecto que luciremos cuando ya no seamos. Y no exagero…

-Creer que seremos dignos de una vida eterna en el Más Allá, al lado de Dios. ¿Se puede ser más ególatra?

Si alguien tiene algún ejemplo más de Egotismo, adelante. Yo voy a por una toalla…


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Marga 1204 veces
compartido
ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta

Revistas