Solemos confundir con frecuencia lo principal con lo necesario, que hasta hay quien decide antes tener un móvil ultramoderno a una vivienda. Al igual que, solemos confundir lo que sentimos por alguien y guiarnos por lo que puedan pensar el resto de nosotros al estar con esa persona. ¿Sabéis? Siempre me ha gustado ser una niña, sí. Al fin y al cabo, los niños son los verdaderos adultos. Quienes de verdad piensan con cabeza, y te dicen con sinceridad lo que sienten. No tienen miedo a expresarlo, ni tampoco se preocupan por lo que puedan pensar de ellos. No le ponen fecha, ni nombres ni límites a su felicidad y crean un mundo lo bastante cuerdo en donde los locos son ellos. Principalmente, yo soy una cría, me da igual lo que piensen y lo que digan. Lo mejor de todo, es que lo seguiré siendo aunque cumpla un millón de años.