Revista Literatura

Principio y fin de la nieve

Publicado el 13 abril 2009 por Villo
Principio y fin de la nieve
Permiso.No sé qué ocurre que comienzo a tener la sensación de llevar el paso cambiado o han cambiado todo para que no encuentre mi paso. Voy, miro en libros, busco a Bonnefoy...¡¡bien!! Sí está, tres libros, es igual: ninguno es la perla "Principio y fin de la nieve".¿Condenado a añadir libros? ¿o estoy realmente fuera de la realidad ficticia?¿ A qué realidad me atengo, a la real real o a la real no real?(si algun@ ha avanzado realidad ficticia, queda bonito pero no puede ser, al menos en este momento y en este escrito). ¿Por qué no está Bonnefoy? ¿Por qué se nos priva del mejor poeta francés de los últimos tiempos? ¿Está vetado en librerías y grandes almacenes?¿Será cierto que solo los poetas leen a los poetas? Si es así ¿qué hago yo robando nectar , miel, hidromiel, polen, picaduras muertas sobre mi piel esquiva? Son tantas las interrogantes que ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ¿¿¿¿¿¿¿ son muchas realmente?????????????? ?????????????? para desafiar la realidad relativa de la percepción de la nieve, en un ejercicio sin precedentes, sobre la señorita "esmila" y su especial percepción por la nieve. ¿Qué hago poniendo huella y mugre en el ampo aislado del color desmentido?¿Será posible, desde la excusa de un libro no encontrado hacer un comentario con el sentido sentido de hacerlo subido en cualquier verso de este viejo resignado a no morir? ¿Podré escribir sin comas? ¿Tengo este verso en una mano y un miedo anterior a la bacteria me dice que suelte, suelte la indecencia egoista y cancerosa de guardar exceso de células sin compartir...? Lo haré:
"Mi pensamiento va a lo que no tiene Ni nombre ni sentido."
Ese es el decorado del libro. Así mi recuerdo. Así el sueño de que alguien se hará cómplice de algún verso del "Principio y fin de la nieve". Qué hermosos me parecen los muertos cuando están vivos, pronunciándose en favor de la legitimidad de la pérdida del miedo... Que en la mano se posa el deseo, calienta la nieve, el niño, en su gesto inconsciente posa una bola de azar y nieve, la nieve llora en el calor de su mano, en el de tu mano, en el de mi mano, en la del hu-mano. Ese calor nos iguala. Bonnefoy, quizás por la edad, deja que dos niños revoloteen por las páginas blancas como... de su libro, nieve(no hay error, es un juego y tú mi complice).Si soy pedante, que me aguanten. Si no lo soy ¡¡qué decepción para unos cuantos!!. me gusta la provocación y el debate, lo he repetido dos veces...más, muchas más. Que no te asuste el pulso de hacer lo que te sale de los cojones: nieve.

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