Una planta de áloe, la cabeza de un ajo, el zumo de un limón o la tradicional manzanilla, son los nutricosméticos, que te pueden solucionar tus problemas.
Áloe vera: , en planta o en gel puro, una planta que decora y cura casi todo.
Árnica en tintura: para que los torpes de la familia alivien sus golpes.
Hipérico en aceite : el gran alivio para quemaduras y heridas.
Ajo natural: antiséptico, antibiótico, antiinflamatorio, hipotensor…tu salud depende de una cabeza de ajo al día.
Agua de hamamelis: sustituta del agua oxigenada, alivia quemaduras, corta hemorragias, etc.
Miel : aplicada en cataplasma o tomada, alivia inflamaciones y regenera la piel.
Limón : el zumo sustituye al alcohol. Es antoséptico, antivírico, antifúngico, cicatrizante…sólo hay que aguantar el escozor inicial.
Yogur: como alimento, recupera de las diarreas y aporto calcio. Aplicado en uso externo, alivia los picores vaginales, combate los hongos en la piel y mejora el aspecto general de tu piel.
Aceite de oliva: alivia quemaduras y mejora los problemas de la piel.
Raíz de ginseg: adaptógenos naturales que te ponen al día y te llenan de energía para superar los obstáculos cotidianos.
Esencia de lavanda: imprescindible para aliviar picores, quemaduras, golpes, nerviosismo, dolores de cabeza etc.
Esencia de romero: estimulante y vigorizante, tus masajes serán el doble de efectivos.
Flor de manzanilla: la infusión más popular para las malas digestiones. También soluciona problemas oculares, rebaja la inflamación articular y limpia las heridas.
Semillas de anís: ¡gases y cólicos infantiles fuera! y un rico sabor en tus infusiones.