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En el último post hablaba sobre “las habilidades digitales como factor clave en la empleabilidad” y ponía de relieve la bolsa de empleo que representa el sector de las TIC. Pues bien, viene a colación citar un interesante estudio presentado el pasado mes de febrero y promovido por la Fundación de Tecnologías de la Información (FTI) de AMETIC y el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) cuyo objetivo era identificar y definir los perfiles profesionales más demandados en el ámbito de los Contenidos Digitales en el periodo de tiempo 2012 – 2017. Creo que a nadie sorprenderá leer en dicho documento que entre los perfiles más demandados se encuentran los siguientes:
- Especialista en Marketing Digital
- Community Manager
- Programador
- Diseñador
Todos estos perfiles poseen rasgos diferenciadores propios de la labor que desempeñan pero coinciden en que están íntimamente ligados a la Red e intervienen en las cadenas de valor de la mayoría de los sectores de la Economía Digital. Dicho de otra forma, los conocimientos en posicionamiento online, ejecución e implantación de estrategias digitales, poseer habilidades para la transmisión y recepción de información de acuerdo al medio social al que se dirige, así como la capacidad de ser altamente creativos en el diseño gráfico y web son aspectos cada vez más valorados en las empresas. Esto significa que, a priori, que las personas que cumplen este perfil gozan actualmente de un mayor grado de empleabilidad pero la pregunta es ¿hasta cuándo?
El mercado de trabajo del siglo XXI se caracteriza por su carácter mutante. Nuevas profesiones, relaciones laborales, modelos productivos, etc. están transformando nuestro mundo conocido como consecuencia de la necesidad de innovar constantemente. Y estos ciclos de innovación tienden a ser cada vez más cortos. Como veíamos antes, una de sus consecuencias es la aparición de nuevos perfiles profesionales que se convierten en la esperanza laboral para muchos jóvenes pero conviene analizar la ventana de tiempo que tienen estos perfiles profesionales para tener esta ventaja competitiva frente a otros profesionales.
El efecto llamada que provocan estas profesiones “filón” se traduce en que en poco tiempo exista una saturación de profesionales difícilmente asumible por el mercado de trabajo. Por esta razón, como si de una partida de ajedrez se tratase, debemos estar muy atentos al siguiente movimiento del mercado de trabajo, y si podemos anticiparnos mucho mejor. Creo que nadie pone en duda que la capacidad de adaptación es esencial pero recuerda lo más importante, “hoy en día, la diferenciación no está en el currículum sino en la ACTITUD”.
“Las actitudes son más importantes que las aptitudes.” Winston Churchill (1874-1965)