Cierta psicología de las profundidades quiere que todos los sueños sean profundos, con una profundidad especial que los médicos dicen haber encontrado y que en cada uno, sano o enfermo, habría que buscar y hallar. Nos instan autoritariamente a que la encontremos desde esa fijación que padecen, al igual que en otros tiempos los teólogos, hasta el punto de no poder alterar esa visión, por lo que se han convertido en los cerebros más condicionados de nuestra época, en la que, precisamente, no suelen faltar.La naturaleza del sueño no es, sin embargo, profunda. No es ésa la característica que lo distingue. Puede ser superficial e incluso puede haber sido provocado artificialmente, sin que por ello deje de ser un sueño.Por otra parte, antes que profundo, el sueño es múltiple. El más pequeño puede tener cincuenta fuentes, y de sus asociaciones sin fin no se podrían recoger más que cierto número.El sueño esta ahí por haber resistido a multitud de cosas, multitud de excitaciones, golpes, contrariedades. Detrás de él hay una especie de desván, desván de pulsiones amontonadas, pulsiones-tardías....Sueño: montón de hechos diversos, pequeños y variados hechos de la persona respetados en su totalidad, superficialmente, hechos diversos que reenvían a otros de cualquier fecha, hechos pasados donde cualquiera se encontrara repitiendo por qué fue atacado o turbado. Sueño-respuesta que devuelve la pelota. Entonces, ¿por qué quererlos interpretar a toda costa? Un sabio árabe responde: "Un sueño no interpretado recuerda a un pájaro que planea por encima de la casa sin posarse."Esta reflexión puede aplicarse, sobre todo, a los sueños insistentes, que vuelven una y otra vez, provocando inquietud.Pero sea como sea, el sueño aparecerá incongruente, enigmático, antes que misterioso. Modos del dormido, modos del que despiertaHenri Michaux (Namur (Bélgica), 24 de mayo de 1899 - París (Francia), 19 de octubre de 1984)