Lo curioso (bueno, más bien lo humano) es que muchas de las personas que ahora se levantan contra la capacidad del parlamento catalán para prohibir las corridas de toros o del gobierno para prohibir fumar en lugares públicos, no han tenido la misma energía para levantarse contra, por ejemplo, la prohibición de consumir alcohol en la calle (la "ley antibotellón"), o cuando se ha retirado la prohibición del aborto, por ejemplo. Claro, con una están en desacuerdo, pero con las otras no... curioso (humano).
Desde mi punto de vista, un gobierno (cualquier gobierno) o un parlamento (cualquier parlamento) tienen la legitimidad de prohibir (o "desprohibir") aquellas cosas que le permitan las normas de nuestro estado; a eso yo le llamo "gobernar" (también se le podría decir "hacer su trabajo"). Si nuestro marco legal le permite al parlamento catalán establecer el debate, ejecutar la votación y prohibir las corridas de toros en su territorio, creo que tienen toda la legitimidad para hacerlo. Esa y cualquier otra prohibición que consideren mayoritaria y legalmente adecuado imponer o levantar. Podemos quejarnos, podemos manifestarnos, podemos no estar de acuerdo... pero le hemos dado a ese órgano de gobierno la capacidad de hacerlo.
Y que conste que, aunque me considero antitaurino, no estoy especialmente de acuerdo con esta prohibición; creo que el arraigo de los toros en cataluña es tan bajo, que, a poco que se hubieran "desincentivado", se habrían apagado solos, igual que ocurre en otras comunidades sin tradición taurina. Pero leer las cosas que estamos leyendo últimamente, como que este tipo de prohibiciones restringen el estado de derecho, que son dictatoriales, que excluyen a las minorías, que van contra la cultura... son, además de pura demagogia, estupideces.
Claro que, si vamos a poner en tela de juicio la capacidad de nuestros gobiernos para prohibir cosas, propongo que empecemos por otras, quizá más, digamos, "populares":
- Quitemos la obligación de utilizar el cinturón de seguridad en el coche.
- Anulemos la prohibición de las drogas.
- ¿Por qué prohibir el baño con bandera roja en las playas?
- Nada de prohibir el alcohol a los menores.
- No prohibamos subir en moto sin casco.
Espero que nuestros gobiernos afronten los retos que les va imponiendo la sociedad tal y como han hecho en este caso; con algunos de ellos estaremos de acuerdo, y con otros no. Pero, en mi opinión, siempre que nos mantengamos dentro del marco legal actual, más que hablar de "legitimidad" de los políticos, deberíamos hablar de "obligación".
Si te ha gustado el post, puedes votarlo aquí:
Relacionado:
Bien común, bien de "nengún"
¿Por qué siguen fumando?
No me gustan los toreros
Intercambio y préstamo en 2022
Sobre velos, respeto, libertad y enseñanza