No hay nada traumático en aceptar las influencias externas. Es algo normal en la mayoría. Son continuas y silenciosas olas externas de influencia que hora tras hora y día tras día modelan nuestro pensamiento. Son el resultado de pequeños sucesos, relaciones personales, comentarios de conocidos, políticas de empresa, tendencias, tu situación económica y la exposición a la TV, radio y otros medios.
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