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Proposiciones

Publicado el 21 octubre 2013 por Rafael Alejandro González Escalona @rafauniversidad

por jorge de Armas

Road-closed-BW by jorgedearmas

Mi primer encuentro con el Miami duro, con el Miami seco de alma y de cubanía fue en el Larios, un restaurante “cubano” propiedad de Gloria y Emilio Stefan.

Cuando uno llega se aferra a lo que tiene, a la generosidad de los amigos, al abrazo sincero, a una sonrisa.  Durante esos primeros meses en los que no sabes exactamente dónde estás, vas y vienes sin rumbo, aprendiendo a pedir el café con leche en la cafetería, a contar los pocos dólares que tienes, a repensarte en el mundo nuevo.

Durante los primeros meses viví con un amigo, realmente con el hermano de mi mejor amigo, y aprendí mucho de él.  Es músico, y además de compartir amigos, para que mis noches de fin de semana no fueran nostálgicas y abruptas, me llevaba con él a todas partes.  Así una noche caí en el Larios.

Hacía frío, mucho frío.  El cubano se esconde cuando aprieta el frío, no sale, se escuda.  Aquí, en Miami, el cubano viejo, el de “antes” saca pieles y joyas, cambia su ropero con el solsticio de invierno, ridícula forma de ser ridículo, pero el cubano de Miami, ese que vino en los sesenta y setenta, es así.  Así que esa noche en el Larios, poca gente comiendo, poca gente escuchando, y los músicos, como pasa en esas ocasiones, empezaron a “descargar”

Evelio es una voz, una voz que recuerda al Benny y a Pablo Milanés, una voz que te rompe el alma a sonidos, que te deja lacio, pequeñito, una voz que envuelve y acaricia, cubana, perfecta. Con delicadeza te sonroja, afinando la perfección, y aunque intentes acompañarlo, en una tercera por debajo que sabe a poco, sientes todo el tiempo que te estremece.

Evelio canta y tiene el privilegio de transportarte.  Escucharlo es estar en La Habana Vieja, la Vana Vieja, como dice otro amigo. Escucharlo es viajar a olores que despedazan tus nostalgias, a una sencillez que te devuelve a lo que eres.

Así, en medio del frío y la nostalgia, creciendo el espacio, Evelio, seguido por todos, empieza a cantar como sólo cantan los que entregan su vida en cada acorde lento, muy profundo, “propongo disfrutar esta jornada, inquietando tu gusto en dos sentidos, una palma que bate en tus oídos, y un cocodrilo verde en tu mirada”

Poco a poco todos los músicos se fueron sumando. Uno tomo el bajo, otro, las congas, yo ataqué una guitarra, alguien improvisó con la flauta, el piano tejía inversiones bellas, y Evelio regalaba con su voz versos que estaban lejos, muy lejos, allá a esa distancia de noventa millas, las más largas millas de este mundo.

“Propongo que tu voz enamorada, se lance por caminos y veredas, anunciando; llegó la primavera, hagan suyo el crisol de esta morada”.

Y así, disfrutando como niños de la música y del inmenso compromiso cultural que desde la cubanía Pablo nos enseñaba, una señora, blanca, encartonada y maquillada con polvos que olían a guardado, se acercó a Evelio y le dijo “aquí en el Larios nadie canta canciones comunistas, o te callas o nos vamos todos”

No entendí, quedé perplejo y sin palabras.  Evelio sonrió y le dijo, “disculpa, pero esta canción no es comunista”, ella le dijo, “pero quien la canta sí”.

Ese día Evelio, una voz cubana que te hace cubano al escucharla, no pudo terminar Proposiciones. Detrás de mi guitarra, y haciendo de tripas corazón, le dije a la señora “pero Usted escucha a Pablo ¿no?, al menos sabe que este tema es de él” y todos me miraron como para callarme la boca a gaznatones, tal es, aquí, el poder de la mentira.

Ese día descubrí que Miami, además de una mentira, nunca sería mi sitio.  Ese día descubrí que venir a este pueblo sólo tenía como meta acercarme a la otra orilla, la auténtica, la mía.

Ese día, en el carro, regresando a casa, murmuraba triste los versos que la impotencia, la incultura, y el desamor le impidieron cantar a Evelio:

“Propongo compartir lo que es mi empeño, y el empeño de muchos que se afanan, propongo, en fin tu entrega apasionada, cual si fuera a cumplir mi último sueño”.


Archivado en: Crónica, Cultura, Jorge de Armas, Música, Política, Sociedad Tagged: insensatez, Miami, Pablo Milanés, Proposiciones Proposiciones Proposiciones Proposiciones

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