Si en algo se parece Sexo en Nueva York a cualquier encuentro con amigas es que en algún momento se acaba hablando de hombres (o de chicos en algún caso, ya se sabe la tendencia-¿o siempre existió? de los toy boy ). Por eso, entre los consabidos propósitos para el 2011 (dejar de fumar, adelgazar, aprender inglés…) también se hablo de ellos.
Cuando Laura nos dijo que su deseo era olvidarle, todas entendimos el porque, la mezcla de tristeza, melancolía e impotencia en su mirada fue suficiente para saber que hablaba de él. Gonzalo es parte de su vida desde hace años, nunca han sido pareja pero para Laura él es tiene más importancia que muchos de sus ex.
Se conocieron por casualidad, lo que se llamaría atracción a primera vista. Para ella, ha sido la única vez que ha experimentado algo similar, para él, seguramente, no.
Desde ese momento empezó el juego entre ambos. Laura siempre ha sido enamoradiza, propensa a formar castillos desde el primer cruce de miradas. Gonzalo es el prototipo de chico malo-sonrisa de bueno y ,según Laura, mirada transparente.
Cuando se conocieron ella tenía pareja, él no. Laura no deja de pensar en cómo habría sido su vida si en aquellos días de hace muchos febreros, ella hubiera apostado por Gonzalo. Pero era un salto al vacío demasiado alto: dejar al novio perfecto por un extraño. No fue la única oportunidad que a ella se le presentó, pero su respuesta siempre fue la misma: el miedo a lo desconocido.
Desde entonces él entra y sale en su vida. Cada vez que Laura tiene noticias suyas, nota como su relación con Carlos (el novio perfecto) se deteriora; no puede evitarlo: es Gonzalo con quien se imagina haciendo el amor.
En ocasiones, Laura se ha planteado tener una aventura con él (él también tiene pareja pero …) sin embargo, en el último momento siempre lo ha evitado, si ella pasara una noche con Gonzalo, no podría borrárselo de su cabeza.
El problema, es que sin estar a su lado, tampoco puede evitar ensimismarse pensando en él.
Por eso, su propósito para este año es olvidarle. Lo dice tratando de autoconvencerse, sabiendo que sería mucho más fácil ser fiel al gimnasio que a su novio si Gonzalo hiciera acto de presencia en este momento, en este café maltés.