Esta sentado, concentrado en su lista de propósitos para el Año Nuevo. A escrito, tachado, corregido, reescrito, cada uno de sus deseos, ahora no quiere fallas, no quiere errores, no quiere excusas para no cumplirlos Ya ha hecho miles de voluntades que no ha cumplido en sus cuarenta y nueve años de edad; ahora, la soledad en la que vive, le permite dedicarle todo el tiempo necesario. Después de mucho meditar y corregir, por fin queda satisfecho con el resultado final. Una lista de propósitos encabezada por el deseo de perder de peso, buscar un nuevo empleo, tener una relación estable, hacer ejercicio, dejar de fumar, ponerse a Ahorrar. Nada nuevo, nada distinto, nada diferente a lo que en otros años se había propuesto, con la única diferencia, de que ahora si iba a cumplir cada uno de ellos... Satisfecho con su lista, la lee de nuevo, asiente para sí mismo, confirmando su propia autorización, es la lista final. Con una triunfal sonrisa dobla el papel, cuidando de que quede perfectamente doblado y lo guarda en su cartera, listo para sacarlo esa misma noche, cuando sean las doce y este comiendo las doce uvas, tal como se acostumbraba en su pueblo. Deja su cartera en la mesa donde estaba sentado y se levanta, para ir al sillón reclinable que tiene frente al televisor. Son las tres de la tarde, ya tiene hambre, pero prefiere descansar un poco más, antes de buscar que comer. Viste solo un calzoncillo con una playera manchada, no se ha bañado, tiene poco que se ha levantado de la cama, tal como acostumbra hacerlo en los días feriados. Se sienta en el sillón, se reclina totalmente, prende el televisor; empieza a navegar de canal en canal, buscando que ver. Encuentra un partido de futbol que está empezando, deja el control a un lado, pone un abrazo atrás de su cabeza, ya está listo para disfrutar el partido. Ahí, sentado, en medio de un reguero de basura, servilletas usadas, latas de refresco, latas de cerveza tiradas por todos lados. Platos de comida apilados en una mesita, en la silla, en la mesa, algunos contienen restos de comida ya agusanada. Bolsas de Basura se ve por todos lados, como testigos mudos de algún intento infructuoso de poner orden, intento iniciado, pero nunca acabado. Todo acentuado, con ropa sucia regada por todos lados. Un olor muy desagradable se percibe en todo el lugar, pero eso a él no le importa; tenía meses que esperaba con ansias a que terminara el año, necesitaba que esto pasara para empezar de nuevo. Con la oportunidad de ese nuevo principio que le representaba el Año Nuevo, una nueva oportunidad, de la que estaba seguro, que ya todo le iba a cambiar. Una nueva vida que iba e empezar, desde el momento en que la cuenta regresiva... Se empezara a escuchar.