- Sé el sexo. Para mí, fue un gran alivio. Sé qué colores comprarle, dejé de preocuparme por mis deficiencias con el género femenino (aprenderé para la próxima), dejé de ser acosada con comentarios y preguntas (la nueva es: Vas a explotar en cualquier momento!), y es más personal el, vínculo. Sin embargo, me costó llamarlo por su nombre y entré en panic attack con preocupaciones banales (o no tanto) como: "El apodo no me gusta", "Y si el nombre es muy gay". En fin, mucho alboroto, para que después lo terminen llamando "Che, boludo", "Está Chachi?".
- Llegó el calorcito. Thanks, God! No aguantaba más el frío, ni el peso de tanta ropa aparte del crío. Por ende, ahora puedo usar vestiditos con calzas y me siento más liviana. Estoy esperando la época de las polleras. Esta semana fue claro que ya no podía seguir usando el jean que me había comprado dos talles más grande porque el botón me lo iba a pegar en la garganta, en el mejor de los casos. El único dilema ahora es que se ve lo fofos que están mis brazos y las calzas con remeras nunca fueron mi estilo favorito. No sé si no me favorecen, pero yo soy una fiel seguidora del jean. Así que para vestirme tardo más de lo habitual, tengo que armar nuevos conjuntos y eso, aunque suene absurdo, es EL tema. Porque no sólo me tiene que quedar bien, sino que me tienen que combinar los colores y por si fuera poco, lo tengo que ver con panza ahora y que me guste como queda con la panza. Es como un accesorio más. Lo genial de todo esto es que siempre pensé que este problema habitual de la vestimenta no iba a existir en el embarazo, porque " a las embarazadas todo les queda bien". En mi caso, yo siento que se incrementó, como todo en este momento. Eso sí, cuando encuentro lo que me gusta, quedo de tierna!
- Mi humor mejoró o todo me resbala más? Podríamos agregar otra opción, es esto real o sigo igual? No lo sé a ciencia cierta, yo creo que he mejorado. Algunos, como expliqué en posts anteriores, creen que estoy más sweety, más goma. Puede ser. Quizás, yo me sienta menos irritable, y en mejor control de mis emociones. La realidad es que siempre fui muy ciclotímica y leche hervida. Y con el embarazo, las molestias, el acoso y todos los cambios consecuentes, todo eso explotó. Y no pude renovar el filtro. El viejo ya estaba muy gastado, y uno nuevo requiere una inversión muy grande. Mujeres, no nos escudemos en el embarazo y los cambios hormonales para justificar nuestras acciones, nuestras características se incrementan pero la esencia es la misma.
- Patadas vs. Sueño. La verdad es que de las patadas no me puedo quejar. En mi opinión, son lo más maravilloso del embarazo. Es claro que todo lo demás apesta, como por ejemplo, el sangrado dental, las náuseas, los vómitos, el síndrome de piernas inquietas. Sin embargo, voy a ser completamente honesta y les voy a decir que no me molesta dormir mal o prepararme para dormir poco. Sé que en algún momento, insultaré a quien se me cruce por este motivo. Pero, es algo que lo tengo asumido de alguna manera. Venía en el combo y era plenamente consciente de ello. No me sorprende. Y prefiero sentir sus movimientos aunque duerma algo incómoda. Yo, eso no lo cambio por nada.
- Freaking out 3 months in advance. Un día me desperté y me dije "Faltan 3 meses para parir y no tengo nada armado en casa". Como es costumbre en nuestra pareja, yo entro en pánico organizativo 3 meses antes y él una semana antes cuando yo ya estoy untada en vaselina. Yo resuelvo en el momento y él a futuro. Somos el dream team. Así que mientras algunos piensan en la ropa, yo pienso en pintar, dejar todo preparado para mis cursos el próximo año, planificar vagamente mi regreso sin perjudicar a nadie en el camino, traer todos lo necesario que está distribuido en varias casas, tener preparados los regalos de Navidad y Fin de Año. Lo sé, estoy mal, pero la voy a pasar tan bien en Enero!
Pd: Qué buen momento cuando no aprieta la vejiga! Infusiones y chocolate antes de dormir prohibidos para dormir placenteramente y no llevarte puesto medio mobiliario antes de llegar al baño.