Más de un vecino de la céntrica calle Venecia, al desconocer lo ocurrido, se asustó ante la ingente cantidad de policías, que rondaban por aquella.
El comisario se dirigió directamente al apartamento, del que según la denuncia, habían surgido aquellos gritos tan angustiosos.
El hombre yacía en el suelo. Sobre su corazón las dos cuchilladas, que le habían arrebatado la vida. Mientras los miembros de la científica tomaban muestras del lugar, Carmona adquiría conciencia de que en aquella habitación, se encontraba la prueba que evidenciaba, quien era el autor de semejante acto.
Durante el interrogatorio de los testigos observó, cómo una mujer toda vestida de azul, miraba con frecuencia hacia el cadáver. Cuando le tocó interrogarla, su desarrollado olfato detectó que el olor que ésta desprendía, era del mismo perfume que predominaba en la escena del crimen.
El suave aroma de Chanel 5, sería la clave para encontrar la solución del caso.