Últimamente Javi y yo compartimos muchas conversaciones literarias. Es algo normal en nosotros, pero el tema de estos días es diferente: publicar o no (that's the question!).
No voy a entrar en los motivos por los que hemos comenzado estas conversaciones ahora y no en otro momento, porque tampoco son de gran interés. Él está ahora en pleno proceso de corrección de una novela y ha mandado a varias editoriales otra novela, primera de la saga que anda escribiendo (lo de “varias” casi es un eufemismo, creo que ha enviado su mierda a casi todas las que conoce que existe), así que acabamos hablando de todo, desde los intentos para publicar hasta la corrección, pasando por toda clase de gilipolleces absurdas que se nos ocurren (el aburrimiento es malo).
La cuestión es esa: publicar o no. Él se preguntaba que si realmente merece la pena publicar en un mundillo donde importa más la moda que la calidad, que para qué publicar.
Temas así dan para un debate largo, para muchos matices, una larga conversación (y para que me diga, entre otras cosas y desde el cariño, que estoy majara, cosa que no me sorprende mucho). Me cuesta mucho resumir todo, quedarme con lo más esencial porque no se limita solo a lo que dijimos ayer, es algo que venimos comentando tiempo, así que cuesta. Pero dejo por aquí algunas cuestiones interesantes.
¿Merece la pena esforzarse en escribir lo mejor posible cuando luego ves en librerías libros peor escrito pero publicados y a ti no te contestan? ¿Hasta qué punto importa lo que escribimos, el esfuerzo que hagamos? ¿Hasta qué punto es importante escribir sobre un tema “a la moda”, de los que se publican tanto actualmente? ¿Por qué publicar? ¿Qué buscamos con publicar exactamente?
Que conste que no quiero desanimar a nadie con esta entrada ni con estas preguntas, ni mucho menos. Es más, os insto a perseguir vuestras metas, pues solo así se consiguen. Solo reflexiono y comento cosas sobre las que hemos hablado, por si os apetece pensar en ellas.
Por supuesto, tengo mi propia opinión sobre todo este tema. No voy a limitarme a soltarlo por aquí, sin más, sin dejar lo que pienso también escrito. Y mi opinión, a día de hoy, es que no publicaría.
Cuando me siento a diario frente a un papel (y creedme, lo hago a diario salvo causa de fuerza mayor) lo último que pienso es a quién le gustaría leer lo que escribo, ni si coincide o no con lo que se lleva, ni si es algo potencialmente publicable. De hecho no pienso en nada ni en nadie, salvo en ese papel y en esa idea que tenga en mente. Si es un relato, simplemente me dejo llevar a ver qué sale, y si es una historia cojo los esquemas que tenga hechos y continuo por donde iba.
Nunca me he planteado “especializarme” en una temática, ni buscar un estilo narrativo concreto ni nada parecido. Dejo salir lo que tengo dentro y experimento cuando puedo y más.
Lo hago porque me hace feliz, porque disfruto con el proceso.
Y duermo genial por las noches sin tener que pensar ni preocuparme en si lo que escribo venderá o no, si es comercial, si llegará al público, etc. Nunca he tenido el sueño de verme en una estantería, y tampoco es algo que me llame la atención por el momento.
Y sí, colaboro con revistas online, y participo en diferentes webs por el simple hecho de retarme a mí misma y escribir cosas diferentes. Nada más.
No niego que cualquier día cambie de opinión, pero de momento sigo así.
Total, no por no publicar dejo de ser escritora, esto lo llevo bien adentro, y sé de sobra que mis historias son raras, que no sé ni yo misma muy bien de dónde me vienen las ideas, y me importa bien poco eso.
Debo ser la escritora rara de la reunión, pero encantada, oigan.
♫ Suena: Sailor Moon Opening