Ejemplo: Domingo por la tarde noche. Es Londres y está lloviendo. Me dispongo a ver Blancanieves y la Leyenda del Cazador mientras meriendo. Entro en la web: Películas 4 y antes de que si quiera localice el play escucho el soniquete en este caso de algo que se reproduce sin control, no se si es un banner o un virus musical. En cualquier caso una pesadilla porque si estuviera interesada en la marca, ya me habría percatado de tu mensaje, pero como ya está claro que no lo estoy... por favor ayúdame a detener esta pesadilla, quiero ver mi peli.
¡Extra extra! --> En Londres la mayor parte de los paquetes de internet en el domicilio van "al peso", es decir, yo puedo contratar 3, 15 o 50 gigas al mes, ese es mi tope y si me paso me cobran a precio de oro el mega. Señor anunciante, ¿usted cree que yo quiero "gastar" mis megas en la bajada que supone la reproducción en streaming de una publicidad que no deseo?
Luego hay otra. Publicidad normal, útil, necesaria. De gente que ha contratado espacios o paquetes o medios o programas o patrocinios o... me da igual. Hay publicidad, thanks God, que respeta a los usuarios, que entiende al consumidor y te guía en el proceso de compra. Que te saca un banner o en los laterales de cualquier blog te muestra información de productos sobre lo que tú llevas buscando una semana. Publicidad útil y orientada, entretenida, que no ocupa espacio ni protagonismo en la web que estás visitando... El formato del anuncio y lo que me vende, señor anunciante, formato y contenido es lo que tiene que cuidar para que navegar por Internet no sea una carrera de obstáculos, ¿acaso usted se creyó eso de "lo bueno abunda y si es más grande mejor"?
Y OK, se que no es sólo culpa del anunciante, a veces nos metemos en prensa online y dan ganas de vomitar. Estás leyendo un artículo y de repente oyes la voz de alguien hablándote de otra cosa... un coñazo mortal para mi persona. A veces ni me molesto en hacer scroll para localizar el minivideo. Siempre es más fácil localizar la X y salir de esa web.