Hace tiempo, un primo me preguntó si le daría permiso a mi hija de ponerse un tatuaje y le dije que no. Yo pienso que decorarse el cuerpo permanentemente es algo que debería hacer una persona que se gobierna a sí misma, por lo tanto, alguien que no pide permiso. Si pide permiso, no está lista. Igual lo pienso sobre cosas como tener novio o tener relaciones sexuales. Eso no quiere decir que quien no pide permiso necesariamente esté listo. Pero yo creo que si pide permiso, no lo está.
Recordé esto porque vi un tweet donde una joven se quejaba de que sus papás no la dejaban ir a dormir en casa del novio. Decía que sus papás creían que solo se podía tener sexo de noche y bla, bla, en un tono de poco respeto hacia sus papás. A mí la queja me parece un sinsentido. ¿Te colocas en una posición de subordinación y luego te quejas de que el otro no decidió lo que tú querías? ¡Así es la subordinación! A veces la persona con autoridad no decide lo que tú quieres. Y no se trata de que el subordinado no pueda presentar razones a favor de su planteamiento o negociar o quejarse. Pero ese tonito de "mis viejos no entienden nada..." me parece que va quedando fuera de lugar, al menos en cosas respecto al sexo y dormir con el novio, más o menos después de los quince.
En la medida en que una necesita gobernarse a sí misma, necesita también su propio espacio. Conozco casos de mujeres adultas que viven en casa de sus papás porque todos entienden que todos son adultos, están dispuestos a tratarse como tales y pueden compartir una casa en santa paz. También conozco casos de mujeres que salieron de casa de sus papás porque esos papás no estaban dispuestos a tratarlas como adultas en santa paz, o bien, no estaban dispuestos a compartir el espacio en los términos en los que esas hijas querían. La verdad es que no conozco a nadie más que a mí, que haya dicho claramente: "mamá, quiero que sigas manteniéndome, pero ya no quiero pedirte permiso" y, por lo tanto, no sé de otra mamá que haya respondido "está bien" -y haya cumplido el acuerdo-. Es verdad que la economía hace difícil buscar un lugar propio, pero está la opción de conseguir compañeros de casa y, por supuesto, de aceptar vivir pobremente.
Odio verme como una señora con esto, pero yo creo que: su casa, sus reglas.
Lo que tal vez me salva de quedar como una señora-señora es que pienso que en la adolescencia, cuando los hijos no tienen otra opción más que vivir en casa -irse de casa a esta edad es peligroso en todo sentido-, corresponde a los papás ser tan generosos como puedan y hacer la sujeción lo menos gravosa posible. Por eso me choca que a los muchachos de esta edad se les digan cosas como "mientras vivas bajo mi techo, harás lo que yo diga". Nadie queremos hacer lo que otro dice. Las niñas y los niños, al menos nos tienen en una posición que de alguna manera les hace buscar nuestra aprobación; pero en la adolescencia, esto cambia. Los adolescentes pueden tenerla muy difícil...
Luego, sin embargo, llega la juventud -que puede convertirse en adolescencia tardía-. Y ahí sí, me parece que si no te gusta lo que tienes en casa, si es muy alto el costo de no pagar renta, pues... el mundo es amplio.
Sivia Parque