Me he dado cuenta que cada vez soy más consciente de que hay buenas personas en el mundo.
Los abusos sexuales en la infancia, en algunos casos, entre los que me cuento yo, te crean mucha desconfianza, a nivel de pareja, a nivel amistad, etc. Si añadimos además, el hecho de que la propia familia te falla, los que crees amigos también, acabas por un periodo largo de tiempo, creyendo, o mejor dicho, no creyendo en nadie.
Pero como dice el refrán, el tiempo todo lo cura y la experiencia es un grado. Y estas propias experiencias son las que te ayudan a conocer quien es amigo y quien no. Quien va desapareciendo de tu vida, quien sigue en ella y quien se va insertando poco a poco.
Ayer, en mis pensamientos/oraciones nocturnas, antes de dormirme, (son cosecha propia), sin darme cuenta, pedí primero por el resto del mundo, cosa que no hacía antes. Que dejaran de sufrir tantas personas cada día, por la causa que sea, que no muriera tanta gente por causas violentas, que permitieran el uso de medicamentos para quien lo necesite, vivienda, sanidad, erradicar enfermedades tan injustas que causan tanto sufrimiento y dolor, bienestar para todos incluidos fauna y flora. ¡Parezco una miss en la coronación!
Que desapareciera la delincuencia y el maltrato, la pederastia, la avaricia y la codicia, causas más que conocidas de parte de los problemas del planeta.
Después ya pedí por mis hijos, por mi marido y por mi.
Me resulto curioso que sin proponérmelo, empezara mis oraciones así. Y me dormí.
Esta mañana, he tenido dos buenas noticias por parte de dos personas, una conocida y la otra no, que pueden solucionarnos algunos problemas laborales y domésticos que teníamos. Y a su vez me permitirá disfrutar de más tiempo para centrarme en mi libro.
La verdad que parece una tontería, lo se, pero he sentido que era como una pequeña recompensa por haber pensado primero en el resto del mundo, después en nosotros.
Me he sentido también egoista, y a pesar de que sufro muchísimo por los problemas a nivel mundial tanto de personas como de animales, cuando pedía, lo hacía por nosotros, únicamente.
Si, he sido egoísta hasta ahora. Lo reconozco. No me había dado cuenta. Hoy he hablado con dos personas que me han demostrado, con su ayuda, que no toda la especie humana es retorcida y manipuladora y que puedo permitirme el lujo de volver a confiar en el ser humano.