Pulp... Cap uno (14 sep 2008)
La luz se extendía por el mundo…Es la idea que le venía a la mente.
Echada en su cama de diseño, desde donde la visión del exterior era, apabullante.
La casa estaba construida con los materiales más modernos y aerodinámicos de la década, con unas líneas bien definidas y depuradas. Un estilo arquitectónico que no era lo habitual en la zona alta de los valles donde se encontraba.
Abajo y al fondo, la ciudad. Con sus edificios clásicos y modernistas. Con su aire urbanita y sus olores de chapa de tranvía, aceite de motor y sudores vencidos por la química del consumismo.
Por el equipo de sonido de tecnología oriental ,Dolby surround, la sintonía que se reproducía daba la sensación de ser parte física de la habitación.
Unas notas melifluas e inciertas, dejaban un rastro sensual en su piel ,que jamás volvería a ser como antes de que las imágenes del día, se transformaran en largas sombras.
La mujer, había sucumbido al hechizo, en el momento álgido de su recuerdo y así permanecería, de hoy en adelante en su memoria. El inminente reencuentro de una tediosa jornada de trabajo, sería más duro para los detectives de la tercera división de homicidios, cuando los operarios del canal Sur, descubriesen en las obras del anexo a la Autovía, el primer cuerpo...
Lo había decidido así . De repente. Se sentía orgullosa de saber dilucidar su futuro . Seguiría los pasos de
quien le acompañó tantas horas de su solitaria existencia,desde el plasma del televisor en casa de sus progenitores.
Sería... "Asesina en serie"... Por fin cosecharía un respeto. Una posición de poder , labrada por si misma, y todo ello lo había resuelto, desde la confortable habitación de ventanales inmensos y traslúcidos que le permitían guarecerse de la
ira y la incomprensión de los seres humanos.
Pulp Fashion… Cap dos (17 sep 2008)
Indolente, dirijo una fugaz mirada al reloj Tag Heuer de correa de reptil, que reposa en la mesilla de noche. Su esfera y saetas de cristal de Swarovski, me indican que son las nueve y diez de la noche. Tendría que levantarme ya, si quiero llegar a tiempo al restaurante donde he quedado con Pierre, para cenar.
El vapor que empaña los espejos de mi cuarto de baño, no es de factura normal.
Tiene aroma de Bvlgari,lo mismo que el gel de baño y la loción hidratante, que pausadamente distribuyo por las zonas mas sensuales de mi cuerpo.
Me entrego a estos juegos dos o tres veces al día, las gotas de sudor minúsculas, comienzan a aparecer en la línea de la frente y el deseo hace de mi rostro una máscara, que me mira fijamente desde el brumoso cristal y se disuelve con el último destello de placer...
Me gusta así y me siento limpia y divina. Como una Diosa. Y eso parezco, cuando pocos minutos después salgo de mi casa al volante de mi Porche 911 S Targa, de color negro, que más que correr, devora los pocos kilómetros de carretera que me separan del Delmonico´s.
Aunque nunca hace reserva con antelación, a Pierre, siempre le dan una excelente mesa, en el abarrotado salón del comedor principal.
Esto es algo que ha dejado de impresionarme, después de dos años de relación.
Está como siempre. Con su tono de piel impecable para conjugar con su modo de vida. Es agente de valores en Pierce, Patten and Damott desde hace tres meses.
Tiene un salario de trescientos mil dólares anuales y es rematadamente engreído e idiota - ya lo era antes de aceptar el trabajo -, por eso no le puedo culpar.
Si por su disfunción sexual, que le hace más patetico cada día, debido a su afinidad por las drogas de diseño.
En cuanto me tomo la primera copa de Bellini, me quedo sin apetito, y le señalo al maître lo primero que se me ocurre de la carta: Sashimi y Crema helada de Ostras con vinagre de Lima… de postre gotas de Frambuesa con Sirope de Arce.
Pierre se decide por Medallones de Ciervo y no se cuantas florituras más, me da asco tan sólo oler la carne. Me produce náuseas verla tan roja y sangrante, no soporto comer animales vivos y se lo digo…
- Espera mona, ¿que tengo que entender? ¿ que lo que hay en tu plato no procede de animales ? ¿Qué es, sino el pescado?.
Yo sonrío y miro al suelo de mármol Travertino, con vetas de color rosado y gris .
Es como si me contuviera en la respuesta. Coqueteo casi sin darme cuenta, le acerco uno de mis pies, enfundado en unos Manolos negros de tacón indescriptible y le acaricio la entrepierna. Espero su respuesta,me gusta jugar con él...
Al salir, mientras esperamos al aparcacoches , Pierre deja despreocupadamente un puñado de monedas, en el espacio contaminado de un "sin techo" , que le mira embelesado, olisqueando los restos de aroma a comida, que desprenden nuestros alientos.
Es un pobre desgraciado de edad incierta. Mortalmente herido por el asfalto y el clima de la ciudad, su objetivo en la vida es por si mismo vivir.
Es posible que algún cliente le eche de menos en su próxima visita al restaurante.
Es probable, que ésta madrugada cuando yo vaya de regreso a casa, él esté muerto.
Pulp Murder... Cap tres (19 sep 2008)
...Ha sido revelador.
El instante lo ha proporcionado precisamente su ineptitud para excitarme en la cama, en su cama. Un diseño de agua que, verdaderamente - si él no estuviese a mi lado - es un oasis de confort en medio de la austeridad minimalista de su Flat .
Situado en la zona baja de la ciudad, cerca de los muelles de recreo. La reconstrucción de antiguo almacén de ladrillo rojo y líneas rectas y sobrias. Rehabilitado por Corbusier, - una de sus mejores experiencias en Lofts - y que se ha convertido en un símbolo de éxito entre los "singles" de su generación.
_ ¿Necesitas ayuda?.
Me susurra al oído, mientras con sus torpes dedos busca el mando digital Sony del televisor, para sintonizar el canal XX. Entre tanto, las imágenes que vomita la pantalla, situada en la pared del fondo de la habitación, muestran unas secuencias desagradables de violaciones y agresiones xenófobas, que han sido captadas hoy en el planeta.
A la discreta luz de los focos integrados en la decoración, parece que se esté desarrollando el guión de una película Gore…
Pierre, me está hablando de las propiedades del whisky de Malta, mientras yo, pienso en la manera de no ensuciarme los “Manolos”, cuando tenga que arrastrar el cuerpo, desde el aparcamiento, hasta el matadero de aves.
La niebla de este nuevo renacer al mundo exterior, me acompaña, mientras piso el pedal del acelerador. Nubes de vapor, sesgadas por las verdes lomas, de cuidadas y exclusivas urbanizaciones . Bunkers de campos de golf privadísimos…
Cambio de marcha, - los cambios automáticos no son los adecuados para los automóviles que me gustan, carecen de estilo- y el motor de 8 cilindros en línea ruge bestialmente, mientras le fuerzo a tope para salvar la última curva, antes de tomar el camino privado a mi casa.
Los botones de mi camisa, de seda blanca de Armani, se han desabrochado, permitiendo que la brisa húmeda del exterior, se deslice entre mi exclusiva ropa interior.
En la radio del coche, suena un éxito de los Beach Boys y mis finos dedos tamborilean el ritmo, sobre la suave piel de cabritillo, con la que esta tapizado el volante Speechacer.
Me invade un ataque de felicidad. La respiración se me agita, al recordar los detalles del crimen. El torpe intento de huida de Sam, - realmente no sé su nombre, pero detesto la idea de matar a un desconocido-. Es… menos íntimo; Su mirada de
sorpresa mientras , por entre la masa abotargada por el alcohol y opaca de su cerebro, se abre paso la certeza de que la sangre que fluye de su cuerpo, es la suya propia.
Me muero de hambre. Pero no deseo bajar del coche. Recuerdo la gran sonrisa de Nelly, cuando cada mañana, de niña, me adentraba en el espacio vírgen e impoluto que era su cocina.
Los aromas a café y chocolate, se propagan por mis sentidos, las torres de tortitas con jarabe de moras, que me esperan para el desayuno, el calor y la seguridad que me proporciona su inmenso cuerpo, que olía a jabón, almidón y ternura. Nuestras risas en el baño, sus manos cepillándome el cabello, sus canciones, sus caricias…
¡ Dios ¡ ¿Porqué la vida ha sido tan severamente cruel conmigo?.
Todo eso fue antes que papá y mamá salvajemente y con la firma en un tedioso documento, -sin importarles mi dolor-, me apartaran de toda la seguridad que me rodeaba hasta entonces. Me succionaron mi cándida inocencia y se la bebieron en
el tribunal de divorcios de L.A.
De repente, mis recuerdos se detienen de golpe . Me cruzo con una patrulla de carretera. Acaban de conectar la alarma luminosa, me adelantan bruscamente y con señales inequívocas, me indican que me detenga a la derecha del arcén.
Tengo la suave pelusilla que cubre mi dorada piel erizada.
Comienzo a respirar agitadamente, siento como me sobreviene un estallido de placer, - adoro el riesgo- deseo sobre todas las cosas llegar al desenlace.
Decido ignorarles. Los neumáticos transmiten al suelo la adhesión precisa, por su banda de rodamiento del 35% para suelo mojado, mientras mi mano entrenada, sigue debajo de mi falda proporcionándome un dulce momento...
Pulp Victim... Cap cuatro (20 sep 2008)
El Ford blanco del 98, se ha convertido en una molestia. Me impide adelantar, me imposibilita maniobrar. Me obliga a detenerme, justo delante de un magnífico ejemplar de arce americano, cuyas hojas, tienen el color dorado de mis ojos, en el frescor de la mañana, antes que el viento de otoño, persevere en su pasión por cubrir con alfombras multicolores, los accesos a la entrada principal de la casa.
Vincent Patt, agente 701 de la patrulla de carreteras de Montecito, tiene una sonrisa encantadora y un culo absolutamente divino.
Se acerca hacia mí, con pasos decididos. Mientras su mano derecha busca y libera la trevilla de seguridad, de la que pende el arma reglamentaria; una pistola Glock 26, en calibre 9mm Parabellum de pequeño tamaño, ideal para portar como arma escondida y que él deja al descubierto , como signo de intimidación.
Su compañero Ryder, permanece dentro, sentado de costado, con las piernas fuera del coche, mientras habla por radio. Supongo que con la Central, para confirmar matrícula, identidad , sanciones y ese género de cosas de las que les encanta
chismorrear a los polis.
Tengo delante de mí un vaso de agua que he pedido pero no voy a beber.
Me da urticaria solo pensar, la suciedad y bacterias que puede llevar en los bordes.
En verdad, deseo sobre todas las cosas un Daiquiri Frappé como los prepara Mario en el Club de Campo, - lo mejor, para las resacas que he tomado- .
Es una lástima que tenga que permanecer en esta habitación. Mi falda tubo negra de lana virgen no soportará ni un par de minutos más, en estas sillas tan cochambrosas, sin perder su línea "pretty" .No comprendo que hago aquí, cuando debería
de estar confortablemente instalada en mi habitación. Vincent, me aborda con preguntas indecorosas, acerca de mi vida personal y social - mantiene puestas las gafas - por lo que no acierto a ver sus ojos, aunque intuyo una mirada inteligente debajo de los cristales de espejo.
Me inquiriere directamente.- ¿Donde se encontraba Ud. la pasada noche del 22 de octubre, entre las cinco y las siete de la madrugada Srta Wiltshire?.
Respiro profundamente e intento captar su aroma, ¿ que lleva?, ¿Blue Moon?.
La luz que proyectan en el suelo de la habitación, los tubos fluorescentes es mortecina, amarilla y sucia. La mesa de Formica, está manchada de tinta y una sustancia pegajosa de color indefinido, que prefiero no adivinar.
El aire huele a sudor rancio y ambientador barato en spray. Extrañamente me siento
cómoda. Su porte amable y la cadencia de su voz, me transmiten tranquilidad y creo que me voy a dormir si no hacen algo por impedirlo...
_ Respóndame Amber, necesito saber que hacía esta madrugada, conduciendo sin control y con un rifle de caza, Remington Modelo 700 BDL semiautomático en su maletero. No tiene licencia de armas y en balística confirman, que el Remington, ha sido disparado recientemente, por lo menos en dos ocasiones.
_ ¡ Venga ya ! Agente Patt. Pues a mi en este momento me intriga saber, si puedo hacer valer mi derecho a llamar a un abogado - le contesto, marcando un tono absolutamente encantador e ingenuo en mi voz -. Resultado evidente del exclusivo High School en el que he sido educada.
_ Por supuesto, está en su derecho. Yo me limitaré a realizar las preguntas de rigor. Por puro trámite y en consonancia con los hechos acaecidos en el condado, en las dos últimas semanas.- Apunta el agente.
Amber no responde. Se limita a humedecer pausadamente sus labios mientras hace que la temperatura de la sala de interrogatorios suba varios grados. Vincent estaba visiblemente afectado.
Por lo general, nadie conseguía apartarle de su sistema de interrogatorios.
Su línea de trabajo era impecable y su concentración en el objetivo total. Dejó desviar la mirada hacia la ventana - a lo lejos, el horizonte se fundía con la tierra en capas de azul celeste y gris - mientras, se esforzaba en permanecer impasible a los ataques sensuales de su detenida. Por otra parte sospechosa cuando menos, de conducción irresponsable y resistencia a la autoridad, habiendo rebasado en varias millas, el límite de velocidad permitido.
Súbitamente, el sonido del cerrojo en el pasillo que abre la sala de interrogatorios, rompe la laxitud de la escena. Marcus Horowitz, mi abogado desde el fideicomiso de mis padres, entra en la sala y me abraza protector. Al tiempo, que despliega
una serie de adjetivos y algarabía técnica, seguida de una demostración táctica del Código Penal, que hace que en pocos minutos, estemos en el parking del palacio de Justicia.
No sin antes, haber dejado de una pieza a Vincent, con ésta explicación para justificar el arma en mi baúl.
-¡Por Dios santo, agente!, debería leer más y mejor..." Los rifles con culatas californiana, están diseñados expresamente para la línea visual de puntería alta, que imponen las miras telescópicas" - ¿Acaso han encontrado ustedes también una de
ellas, que permita el disparo, en el automóvil de mi cliente?.
Marcus, es un tipo de mediana edad, con un físico imponente que cuida con esmero. Una buena dieta libre de grasas y gimnasio todos los días, a los que suma, los torneos en el Campo del Club de Golf, los fines de semana.
Sonrío dulcemente y le devuelvo la mirada con verdadera ternura. Le agradezco que haya dejado su partida de la mañana del sábado y sin importarle mezclarse con la “chusma”, haya venido tan rápidamente para sacarme de este lugar. No sé
hasta cuanto tiempo más hubiese soportado estar con la misma ropa de la noche anterior...
- ¿ Te encuentras con fuerzas para conducir, cariño? ¿ No prefieres que te acompañe a casa?. La policía esta sobrepasada, cuando occurren estos hechos tan insólitos.
- De veras que no Marcus, estoy bien, sólo cansada. Se me pasará en cuanto me de un buen baño y me meta en mi camita.
La esencia de Bergamota, hace su efecto. Los vapores y aromas penetran por mis sentidos, le dan a éste momento un especial encanto.
La melodiosa voz de Roy Orbison inunda mi casa. Y mi mente, se recrea con visiones placenteras, los colores inundan el iris de mis ojos, rojo sangre, azul celeste, dorado.
- ¿Cuál será el color de la sorpresa ? Hum… ¿Magenta? . Desde luego que sí.
Ese sería el color de la piel de Vincent, si mirase en mi vestidor .
Dentro de un Birkin de Hermes, podría encontrar, una mirilla especial, para culata de rifle Remington, de la que proporciona una precisión y fiabilidad de disparo envidiable.
Pulp Pritty... Cap cinco (24 sep 2008)
Douglas, asoma su roja cabeza - herencia de las Highlands - en la cabina, para ver si ya estoy lista. Hago como que no le veo y de forma natural, me desnudo de cintura para arriba, supongo que me encuentro sola y quiero sentirme admirada.
Doug, reprime una exclamación y coloca suavemente la sábana perfumada sobre mis pechos, se ríe de forma casual, pero hay cierto nerviosismo en su risa, cierta incomodidad que me hace sentir mucho mejor...
Me acerca una botella de San Pellegrino de 15 dólares, que yo acepto con un mohín y me vuelvo de espaldas para que comience su trabajo. Es todo tan, aséptico.
La cabina está insonorizada, suavemente iluminada y sutilmente perfumada.
De los bordes del suelo con las paredes, marcadas en unas lineas Zen, hay unos espacios verdes, en los que un atomizador, emite unos vapores esenciados de Musk y Azahar, exactamente cada treinta segundos.
No obstante, mi cordura esta a punto de desaparecer.
Hace ya casi un mes, desde la última víctima y la inactividad me aburre.
Creo, que a la policía no le interesa investigar ese tipo de crímenes. ¿Me habré equivocado de objetivos?. Mi carrera como asesina en serie pende de un hilo...
Esta mañana, en el último número de Vanity Fair , he leído un método que me parece idóneo para salir de mi apatía. Hablaba de imponer una disciplina diaria y llevarla a cabo sin desaliento. Necesito un plan y he comenzado por el desayuno. Absolutamente espartano; zumo de pomelo rosa, galletas de sésamo con arándanos y 2 anfetaminas.
Mi apariencia cuando salgo del Centro, es absolutamente impecable.
LLevo puesto, un traje de chaqueta de lana fría de Belvest, color gris plomo y una camisa blanca, de algodón egipcio de Dior. Un collar de perlas y diamantes de Henry Winston y un gracioso sombrerito estilo "kelly" de la última colección de DKNY, mientras avanzo con paso decidido, hacia mi automóvil.
Una lágrima desciende por mi mejilla, arrastrando los restos de arcilla y esencias del Mar Muerto.
Una lágrima totalmente inútil, que deja un surco en el cuidado maquillaje, que con tanto celo me han aplicado en el Spa. Mis sentidos quedan abotargados, el dolor se abre paso entre tanta incomprensión, la soledad y la angustia, es un recurrente en mi vida que no acierto a integrar.
Una niña con aspecto de colegiala, se aleja despacio por el parking. La lleva de la mano una señora que la mira y sonríe con afecto, ¿tal vez su niñera?.Mis ojos la siguen, mientras entre la niebla de mis recuerdos busco un instante similar, una
mano que me lleva segura hasta el otro lado de la calle - es una contrariedad que ahora afloren estos recuerdos- Pongo en marcha el motor de mi automóvil, no sin antes, comprobar en el espejo de cortesía que estoy deslumbrante. Tengo una mirada ingenua y limpia. Mi cabello desciende por el óvalo de mi cara en suaves ondulaciones y mis dientes, con la blancura del Lásser, se muestran en una sonrisa indecorosa cuando, la luz se hace en mi mente y mis pensamientos toman por fin una forma definida.
Mis actos se van a desarrollar según la disciplina que acabo de asumir.
Llevo conduciendo más de dos horas dirección Sacramento por la Autovía del sur de LA.
El cielo, esta cubierto por jirones de nubes rojas, que definen la línea del desierto.
Es la hora del crepúsculo. El sol cae herido de muerte. Con un vapor rojo cereza y dorado que le permite, mostrarse espectacular en sus últimos instantes de gloria.
Para enloquecer al mundo.
Mi estado de ánimo ha mejorado sensiblemente desde que he decidido asesinar de nuevo. Francamente creo, que estoy desarrollando una buena técnica. Rápida, audaz e innovadora.
Pulp Highway... Cap seis (24 sep 2008)
Nat, estaba en recepción, indeciso entre volver a meter medio dólar en la máquina de tragaperras del hall del Motel, o desistir. Estaba matando el tiempo sin interés alguno. Así había sido los últimos años y preveía que iba a seguir siendo los siguientes.
En cada ocasión que debía salir, a ejercer su trabajo de viajante por la zona, sin excepción, se había aburrido mortalmente, francamente, se creía merecedor de algo más.Estaba casado con Maggie, desde hacía quince larguísimos y aburridos
años. Se conocían desde que en el instituto, la había dejado preñada en el último curso y le prometió que cuidaría de ella.
Se habían casado sin estar enamorados. Sin ser conscientes de lo que les esperaba; a Nat, un empleo sin proyección de futuro. Vendedor de válvulas anti-goteo en el negocio de su suegro.Y a Maggie, ella no tenía ambición. Le encantaba ser ama de casa. Llevar a sus hijos al colegio en la Berlina y hablar con las amigas de los chismes de la vecindad. Así hasta que Nat, volvía a casa el fin de semana, con los pedidos.
Sin embargo, en el preciso instante en que decidió introducir los cincuenta centavos en la máquina, la percepción de su patético universo cambió. Una espectacular mujer, una criatura deliciosa, una Diosa de piel de alabastro, acababa de entrar en el Motel y estaba preguntando algo, al chico afro-americano de la recepción.
Nat, metió la barriga, se ajustó la chillona corbata de corte barato y se abotonó la chaqueta de cuadros, que el otoño pasado le compró su mujer, en las rebajas de Macy’s, para su cumpleaños.
Amber le espetó directamente._ Estoy buscando un lugar, donde poder relajarme de un apestoso día y de paso vaciar la bodega ¿ te apetece acompañarme gordito?
No podía creer en su suerte, le respondió que lo haría encantado, y la siguió hasta el parking, ilusionado con la idea de un fantástico encuentro, aunque apenas mereció una mirada, por parte de ella, tomando aplomo, le quiso contagiar de su entusiasmo.
_ ¡ Venga muñeca !, ! te voy a enseñar como es un auténtico cow-boy , te voy a montar hasta el amanecer !.
Amber, saliendo del bar se detuvo un instante, se volvió hacia Nat lo suficiente para alcanzar su ponderoso abdomen y con un rápido movimiento introdujo su delicada mano, entre los pantalones y la ropa interior del pobre mortal, que creyo percibir una promesa de sexo que le hizo enloquecer de deseo.
Espérame fuera cinco minutos. ¿ Podrás contenerte gordito?. Solo necesito un paquete de cigarrillos.- le susurró al oído. Nat salió al exterior, absolutamente vencido.
La luz que llegaba al aparcamiento, era mortecina e insuficiente, con predominio de grandes espacios de sombras y zonas de penumbra.
Aunque no fue por eso por lo que decidió Nat, permanecer en el mismo sitio, sino más bien el temor, de que su Diosa, al salir se desorientase - le parecía que la chica, ya iba bastante bebida- ¿y si se extraviara o se olvidase de su promesa ?
Pasaron varios minutos, en los que sólo se escuchaba, el lejano rumor de la música Country desde el interior del Bar y los chasquidos del letrero que anunciaba “Cocktails & Lives” al balancearse por las rachas del viento.Se planteó entrar a buscarla, pero el mensaje corporal de ella era demasiado evidente. Tenía que ser discreto y esperar fuera, si quería tener algo más con ella esta noche, que no fuese un par de copas. Suspiró y empezó a recorrer el espacio anexo al parking. No
podía creer la suerte que había tenido. Jamás le creerían, cuando lo contase a sus amigos el próximo sábado en la partida de bolos, ojalá quisiera firmarle una servilleta de recuerdo, o mejor aún, se quedaría con algo íntimo, algo que retuviese su perfume.
Creyó oír un leve crujido, como de una rama al partirse. Miró a su alrededor nervioso - nunca se sabe, la cantidad de chicos malcriados que te pueden dar un buen susto cuando salen en grupo con un par de cervezas - . Se atusó el cabello y prestó atención inmóvil, un leve ruido le llegó con toda claridad, como de golpes sordos y cercanos, como de, unos tacones al cruzar por la gravilla.No podría precisar de dónde provenía, pero estaba muy cerca... Habló con el corazón a duras penas contenido en la garganta.
_ Monada, ¿ Eres tú?- se sorprendió por la voz chillona que salió de su cuerpo-.No respondió nadie. El ruido se detuvo. Se sonrío para sí, pensando en que ya era demasiado mayor para estos jueguecitos, ¿ o tal vez, no tanto?.Sin previo aviso, comenzó de nuevo, y ahora era más evidente que provenía, de la zona de sombra del aparcamiento.
_ Maldita sea mujer. ¿ Dónde estás? ¿quieres probar un juego nuevo eh?- replicó con una risita nerviosa-. El silencio le sobrevino de golpe. Justo después sintió un ligero vahído y un escozor en el pecho, sus ojos intentaban ver , mientras su mente intentaba comprender, que diablos era esa masa, negra y viscosa, que se extendía por fuera de su camisa y alrededor de su cuerpo.
¡ Que asco ! - Pensó Amber -. Mientras levantaba su delicado pié, calzado con unos botines Bally de cabritillo color gris.Se había manchado la parte de la suela y el extremo del tacón, con un chorrito de la sangre arterial de Nat.
Pulp Incoming... Cap siete (25 sep 2008)
Sacó su pañuelo de YSL para limpiarse las manos y, entonces se dió cuenta. Oyó algo que parecían ser pisadas. Miró hacia atrás, pero no pudo ver nada. Quiso restarle importancia, pero con el rabillo del ojo entrevió un movimiento a su espalda.¿Alguien me ha visto?- Se dijo-. E imaginó a algún borracho, intentando sacar conclusiones de una visión irreal.Tan sólo a unos doce metros, estaba su coche. Iluminado por una de las pocas luces que aún quedaban encendidas en el parking. Se dirigió hacia el vehículo estacionado, con la adrenalina subiéndosele por la médula espinal.Entonces, lo escuchó claramente, eran pasos. Amber, no pudo contener un grito nervioso._ ¿ Quien anda ahí?
Nadie le respondió, pero estaba claro que había oído algo o a alguien. ¡Muévete!.
¡Corre hacia tu coche!- le decía su instinto- pero era evidente que su instinto, no tenía ni idea de lo incómodo que es correr con tacones de aguja de doce centímetros de alto.
Se dió la vuelta y caminó deprisa por la gravilla, hasta que sus piernas se detuvieron en seco. Volvía de igual forma. El mismo sonido apagado y repetido, ¿pisadas? ¿roce de tela?... El leve eco de la música country del baile, le llegaba cada vez mas claro.
Estaba muy cerca de la puerta de su Porche, se detuvo y pudo observar en el reflejo del cristal del espejo retrovisor de un camión aparcado, lo que le pareció un bulto de color negro, oscuro como la misma noche,que se movía tras ella, a la misma velocidad que ella.
_ ¿ Quién es el bromista?- Le advierto que llevo un arma y no dudaré en usarla.-Dijo temblándole la voz.Tampoco esta vez hubo respuesta inmediat.Sintió que algo tan fuerte como el acero la sujetaba, arrastrándola por la gravilla. Lacerando sus torneadas rodillas. Ensuciando su traje de mil doscientos dólares.
El pánico se alojó en su garganta, impidiéndole gritar. Un hedor a muerte y alimaña, la mantenía semiconsciente.
Algo inaudito para ella. Jamás anteriormente percibido por su pituitaria.
Le daban arcadas, no podía respirar. Asombrada y aterrorizada, pudo ver unos ojos enrojecidos, que resplandecían en el manto ciego de la noche, unos ojos que la miraban con fruición y deseo, antes que notase como algo, le recorría el cuerpo. La abrasaba. La ensuciaba y la desposeía de su esencia.
Oyó un grito y se dio cuenta, que había salido de su propia garganta. Un instante antes, de que una garra fría
como el acero, la abrazara y la dejase en el sucio parking.
Cuando el agente Patt, se personó en el lugar de los hechos, la gente seguía como petrificada en el escenario del crimen, unos murmuraban, otros hacían gestos de reprobación, la mayoría disfrutaban con los detalles escabrosos.
Pulp Lives... Cap ocho (25 sep 2008)
- ¿ Has tenido alguna vez un secreto que no te hayas atrevido a compartir con nadie?
Amber, pronunció la pregunta, y sin esperar un minuto, ella misma respondió a la eficiente Smithyn, una corpulenta y sonrosada matrona, que desde hacia ya dos años, era responsable de su rehabilitación.- Yo quiero compartir uno contigo.
El paisaje incandescente a sus pies, se expandía con el sol de la mañana. La pureza nívea de las cumbres que se extendían hasta los confines de su visión del horizonte, se estremecieron y ponderaron con el rojo escarlata de la fuga arterial en el
cuello de la enfermera Smithyn. ¿ Su rostro?, una máscara de muerte velada por el asombro del terror… Sus manos, torpes, intentando apartar la guillette…Su mente, ciega, buscando captar el instante en el que la realidad se transformó y su entorno se cerraba tras el negro telón, del frío escenario del crimen. ¿ La ejecutora?. Amber.
Amber, situada detrás de los ventanales de la más exclusiva habitación para "huéspedes conflictivos",se sentía renacer. Por todo el valle, comenzaba el amanecer y el rocío se transformaba quietamente, en vapor que ascendía en columnas hacia el cielo, para formar nuevas nubes blancas y esponjosas que cubrirían pronto, las más altas cumbres de Chamonix, un paraíso nevado de selectas tiendas y coquetos y carísimos restaurantes de moda. La mayor selección de cachorros de la Jet de la vieja Europa, se concentraba entre los prestigiosos internados y las discretas clínicas privadas de rehabilitación. Justo en ese momento, detrás de un impecable maquillaje de Channel y debajo de un mono de ski de Sisley color rosa fuxia, Amber sonreía feliz. Había pensado, que todo le resultaría más fácil si se colocaba encima, una bata blanca del centro y unas zapatillas de suela de tocino, eso le facilitaría la huída… Pero carecía del valor necesario para vestir de una maneratan “contranatura”.
Todavía daba un respingo, al recordar el día en que tomó conciencia de donde estaba.
¡Creyó morir de aprensión y de asco!, los olores corporales mezclados con los que desprendían los antisépticos del quirófano, le causaban más dolor físico que sus propias heridas.
Recordó lo cerca que estuvo el Condado de concederle una indemnización por el ataque incontrolado de alimaña protegida. Indemnización que ella rechazó, en favor de la viuda del desgraciado Nat Witspoon, mirando tímidamente al jurado con un dulce mohín. Fue un instante memorable,que recogió toda la prensa amarilla y crónicas de sociedad de la ciudad de Los Angeles. Más tarde, el solícito abogado de la familia y tutor de Amber, la rescató. En su propio ambiente familiar, viviendo con los hijos de éste y contando con el apoyo incondicional de Marylin, su esposa, empezó a recuperarse física y emocionalmente. Sin embargo, Marcus, no consintió que el tribunal de LA, arriesgase la belleza de Amber en una operación ordinaria de estética. Se la llevó a“Santé du Nord”.
Allí habían transcurrido plácidamente, los últimos dos años de encierro, tratando de recuperarse progresivamente de sus lesiones físicas y mentales. Esa era la opinión de todos sus cuidadores, especialmente el Dr. Eric Shumacher´s, su médico
de atención personal. Eric, era un tipo guapo y educado, de los que gustan a las mujeres desde la primera impresión. Su aspecto pulcro y su estatus, le conferían las cualidades necesarias para ser el máximo responsable en el tratamiento de la
delicada y frágil paciente, que le había recomendado encarecidamente, la Junta Rectora del Centro.
“Amber, una deliciosa criatura de excepcional belleza y de extrema delicadeza, lacerada profundamente por el destino y que había sido injustamente atacada, tanto física, como psicológicamente, con una terrible experiencia, por la que estuvo a
punto de perecer…” Eric se propuso eliminar en lo posible esa experiencia. Dejar apenas un pequeño punto en su cerebro, marcado por un lejano recuerdo. Eric Shumacher´s, era el mejor en su especialidad y cuando se lo proponía, el único, en obtener resultados espectacularmente positivos, en terapias agudas por terrores graves.
Amber, arrastró el cuerpo de la Smithy detrás de la cama y la cubrió con la ropa y los edredones de pluma de oca ._ Nunca antes se habrá sentido tan calentita._Pensó,mientras arropaba dulcemente el cadáver y lo ocultaba temporalmente a la vista de cualquier intruso.
Después, se colocó un gracioso gorrito de lana rosa de Jimmy Choo y con paso decidido salió al pasillo. Avanzaba con decisión hacia la zona de ocio del Sanatorio.
Tenía que cruzar la sala de lectura y seguir hasta la escalera, para descender a los vestuarios y el parking. Pensó que sería mucho más fácil despistar a un empleado de mantenimiento que al personal que diariamente la trataba y podría sospechar
de su actitud. La zona de peligro, a esa hora de la mañana, estaba desierta, a excepción de alguien sin nombre, que se afanaba entre las mullidas alfombras iraníes y las pulidas mesas de caoba para la limpieza diaria del vasto salón.
La luz que proyectaban las bellas arañas de cristal del techo, se extendía por los delicados objetos que adornaban los muebles, las porcelanas y pinturas. Las flores frescas, en los muchos jarrones que perfumaban la estancia, le recordaron las tranquilas tardes, en las que pasaba las horas perdidas, escuchando las notas melifluas del Schimmer, virtuosamente ejecutadas por el joven pianista suizo, que, como no podía ser de otro modo, formaba parte de la plantilla de terapeutas del Hospital.
Ella, ¡adoraba la música!, sentía pasión por las artes, la belleza, la arquitectura, _ es algo natural en mí_ se dijo. No entiendo que se puedan profanar estos templos, por algunos seres incivilizados e insensibles.
Cruzó por delante de la empleada, sin dedicarle apenas una mirada y dobló la esquina resuelta a obviar los ascensores y tomar la escalera que la llevaría dos pisos por debajo.
Se dirigía al área restringida de empleados y a la salida.
Pulp Outside... Cap nueve (26 sep 2008)
En el exterior, la temperatura se aproxima a los dos grados centígrados, el paisaje nevado, no puede ser más típico de las villas de alta montaña. Situada a los pies del Mont-Blanc, la pequeña ciudad de Chamonix, se muestra esplendorosa y pletórica de agitación en plena temporada de pistas.
Su oferta, de cafés y restaurantes, es extensa y el conjunto de calles coloristas, forman un escenario perfecto, para el obsesivo afán consumista que padecen sus distinguidos habitantes y eso es precisamente lo que ha estado buscando desesperadamente Jane Kioto. Estilista consagrada de la agencia de publicidad “Live in Style”, la guapa Jane, de rasgos perfectos y antepasados orientales, muestra una cadencia habitual en sus localizaciones.
Desde que Bvlgari les presentó la oportunidad de un reportaje en las más prestigiosas estaciones de ski, tuvo claro que su destino era la vetusta Europa.
_ ¡ Este rodaje es un caos ! – gritó Jane fuera de si - ¿ Dónde se supone que están las modelos? ¿ Es que piensan que mi trabajo se hace sólo? ¿Daniel serías tan amable de acercarte al café y traérmelas aunque sea de los pelos.? ¡Ya, mismo !.
_ No voy a seguir soportando esta situación por mucho más tiempo Patrick – se quejó al director de fotografía, mientras intentaba mantener el equilibrio de su café y una enorme porción de Strüdel sobre su cuaderno de rodaje.- Esto no es humano, estas chicas no lo son. Tengo que soportar todo el tiempo sus caprichos y encima son incapaces de ofrecerme algo de respeto, disciplina, o profesionalidad.
Aunque, claro que eso, sería pedir demasiado. Bueno, a ti como siempre, lo que digo te es indiferente, a veces pienso si serás capaz de ver algo más allá de tu objetivo.
¡ Esas lentes te tienen abducido ¡
_ No seas tan suspicaz Jane. Estoy viendo una criatura celestial y temo que desaparezca si parpadeo, es demasiado hermosa, para ser real. Toma, mira hacia el final de la calle, justo frente a la tienda de fijaciones y botas. Jane, le cogió la cámara dejándole con la palabra en la boca – eres un crío , deja ya de babear por cada chica nueva que descubres.
Amber, se apartó un mechón de cabellos y sonrió coqueta al grupo de esquiadores que estaban sentados en los bancos de la puerta, esperando ser atendidos.
Había pensado conseguir unas tablas y deslizarse por el valle hasta las pistas más alejadas. Una vez allí, simular un accidente y lograr que la trasladasen a algún lugar más cálido y menos comprometido.
“Capitain’s Ice” es un bonito establecimiento de venta y alquiler de skis, fijaciones y botas y casi todos los complementos necesarios, o no, para la práctica del deporte blanco en pista. A estas horas de la mañana, se encuentra abarrotado. Es el mejor momento, para “despistar” un buen par de tablas, sin llamar la atención.
Con paso despreocupado y sexy, me dirijo a uno de los jóvenes más atractivos, del grupo de esquiadores cercano a la puerta, es un muchacho jovial y con marcado acento italiano.
_ ¡ Hola ¡ ¿ Puedes ayudarme? El mostrador está imposible y necesito recoger un par de botas que reservé ayer, pero están en el estante superior, sobre las cajas, y no llego a alcanzarlas, son las que sobresalen, esas de color blanco ...
Hablaba y gesticulaba , mostrando una delicadeza en sus gestos y una radiante sonrisa que logró de inmediato su propósito. El joven italiano, se separó momentáneamente del grupo y se abrió paso hacia los estantes, momento en el que Amber aprovechó , para agenciarse sus skis y salir de la tienda a toda prisa. Sin tener la más mínima idea de que su estratagema estaba siendo observada por la infalible lente profesional de una Nikon Reflex N-65, que la enfocaba sin perder detalle.
_ ¡ Pero, que cara tan dura... ¡- Dijo Jane, soltando la cámara.
_ ¿Has visto eso?. Tu visión celestial , le acaba de robar un par de tablas a ese grupo de muchachos, sin despeinarse.- Se volvió a Patrick, pero éste ya no estaba a su lado, sino que caminaba por la nevada pendiente de la calle, en dirección a la
chica del mono fuxia, convencido que había encontrado a su mejor modelo, para portada en éste reportaje.
A Patrick se le estaban derritiendo los sesos. Después del primer momento, bastante extraño, comprendía casi perfectamente la actitud de la chica. ¿Que podría haber hecho sinó? "Sola, después de haber sido atracada y sin posibilidad de demostrarlo, sin documentación y viendo como su agresor se alejaba impunemente.".
Fue un acto irreflexivo, sin maldad, y casi inocente podría decirse. Sólo había que verla, estaba tan indefensa, parecía tan frágil. Y él, se había dado cuenta, se sentíasu salvador, la ayudaría.
_ Puedes confiar en mí – le dijo – nosotros salimos mañana hacia Montecarlo, te conseguiremos una plaza en el equipo y no te pondrán pegas, viajarás como una más de las modelos, y además si quieres, incluso puedes posar en un par de fotos.
Así probaríamos que estás con nosotros en el reportaje. No te preocupes por los trámites. Jane, intentará conseguirte un visado de urgencia, ella hace milagros con la logística. Aunque, para conseguirlo me sería de bastante utilidad saber tu nombre, y de dónde vienes.
Jane, le miraba con escepticismo y un ligero toque de ironía, no podría nunca entender como una cara y un trasero bonito, eran capaces de transformar a los hombres en “primates”.- No es que me considere una listilla, pero me parece muy
manida la historia de la “amnesia temporal” ¿ no crees que deberías comenzar por decirnos algo que se parezca mínimamente a la verdad?.- le dijo escrutàndole sin remilgos.
Amber se esforzaba por mantener una expresión sincera, su suerte no podría ir mejor, las palabras de Patrick, le sonaban lejanas y reconfortantes, ya que, había dado la cara por ella, se había enfrentado a todo el grupo de chicos, y faltó poco para que le sacudiesen. La rellenita que le acompañaba era otra cuestión, no paraba de increparla y con gusto le habría aplastado la cabeza en la acera, con sus preciosas botitas de Après-ski de Gucci. Se la imaginaba espumeando por la boca y gimiendo de dolor, una patética imagen, que le hizo sonreír abiertamente.
El fotógrafo la interpretó como una promesa y una afirmación y prosiguió con su perorata, a lo que Amber le respondió con un.- ¿ Podemos comer algo.? No he desayunado y me muero de hambre. ¡ Ah! Puedes llamarme Amber, me resulta familiar ese nombre.
El aroma del café arábigo y las tostadas calientes, le llegaba hasta ella, desde el cercano y acogedor establecimiento del otro lado de la calle, anticipando un placer para sus papilas, y borrando cualquier otra percepción.
Fin
pulp.., historia de una asesina con estilo
dawn