MARTES, 1 DE JULIO DE 2008
Una cosa que nos preocupa cuando empezamos a correr son las pulsaciones. Nos compramos el pulsómetro y vemos como se disparan...HORROR!!, voy a 170 pulsaciones, tengo que parar.
Enseguida empiezas a informarte, y te encuentras opiniones muy variadas:
- Entrenando no se debe pasar de tantas pulsaciones (140 p.ej.)
- Para saber tu ritmo cardíaco máximo debes calcularlo con las típicas formulitas: 220-(tu edad), de esta forma las pulsaciones de una persona de 40 años no deberían superar las 180, da igual que pese 120 kilos y mida 1,60 o que pese 64 kilos y mida 1,75, como es mi caso. ERROR!!!
Estas fórmulas están completamente desfasadas, la única forma segura de conocer nuestras pulsaciones máximas es hacer una prueba de esfuerzo y si es con medición de gases, mejor.
El gran Roberto Gavela, campeón de España de maratón en varias ocasiones, lo explica muy bien en este post en su foro en Runner's world:
"No debes preocuparte por tener el pulso alto, a mi me pasa lo mismo. Yo tengo 203 de máximo y compito a una media de más de 180 en los maratones y a más de 190 en las carreras de 10 kms, y tengo 41 años. Tener el pulso más bajo no significa mejor salud, ni mucho menos. Cada uno tenemos un pulso máximo y no es preocupante tenerlo alto. Lo bueno es que recuperes muy rápido y eso es lo que te pasa, lo que significa que estás sano y en buena forma. Si quieres quedarte más tranquilo, puedes realizarte una prueba de esfuerzo sobre tapiz rodante, y con análisis de gases, verás como tus umbrales y tus pulsos son altos y no pasa nada."Pues dicho queda, si lo único que queremos es trotar, con un pequeño control de pulsaciones, es suficiente, lo importante es que recuperemos rápidamente y nos sintamos bien después de salir a correr. Pero si queremos explorar nuestros límites, lo mejor es hacerse una prueba de esfuerzo, de esa forma podremos entrenar sabiendo cual es nuestro límite y así aplicar pocentajes a ese límite en función de la intensidad de entrenamiento que deseemos.
Yo quiero hacerla, pronto, ¿y tú?
Desde entonces, ya me he hecho dos pruebas de esfuerzo, y próximamente haré la tercera. Además de descartar problemas cardíacos, te permite conocer de forma certera tu FCmáx, y establecer tus ritmos de entrenamiento.