Hacer fotografías es en cierto modo como dibujar un mapa.
Uno comienza una búsqueda de forma imprecisa, siguiendo una intuición, y va creando puntos de referencia con cada fotografía. Ese mapa que vamos construyendo no existe antes de iniciar el viaje, nace de nuestros propios pasos. Cuando ya tenemos todos los puntos hay que volver y ponerse a editar. Es como ese juego en que hay que unir los puntos para formar una figura.
En nuestro caso, los puntos son las fotografías y la edición es la línea que los une. La figura que formemos va a ser nuestro mapa, el lugar al que queríamos llegar. Muchos de esos puntos/fotos habrá que desecharlos, sirvieron para buscar, pero no ayudan para crear la figura. Mapa efímero, circunstancial, de un solo uso. Hay que construir uno nuevo para cada viaje, incluso si volvemos al mismo lugar. Así se va haciendo nuestro Atlas particular.
Matias Costa