Vivimos en una sociedad que da asco. Un país que se mueve tan sólo por estímulos egoístas y "principios" individuales; para qué tener en cuenta lo que diga el resto o le venga mejor a la mayoría si nosotros somos lo importante y, por supuesto, para qué ayudar a alguien que no seamos nosotros. Desde hace un tiempo, me intento concienciar que no existen más colores o, al menos, más tonalidades entre el blanco y negro; pero, ¿cómo pensar a tu manera cuando vas a contracorriente? Por mucho que ese no sea tu objetivo, te acabarás dejándote llevar. Enseñamos continuamente a querernos a nosotros mismo porque, sino, no nos puede querer nadie y, por consiguiente, al ver a alguien que se quiere a sí mismo le tachamos de creído y prepotente. En términos culturales, la tortura es tradición y quien lo practique (el torero) es alguien fiel a la vida, valiente y leal. A quien orgullosamente nos podemos acercar para pedirle un autógrafo del "mérito" y la "valentía" de ponerse frente a un animal para matarlo. Tan cruel como patético me parece ir a ver una de esas "fiestas" y, luego, me hagan creer que soy igual de animal que ellos por comer carne; igual de hipócritas me parece despreocuparse por las desgracias humanas y preocuparse por la tortura animal. Perdamos la cabeza, y dignidad, por ir a la moda; y, falta decir que el alcohol y el tabaco son el alma de la fiesta porque, sin ellos, poco nos podremos reír. ¿En dónde queda esa moda de decir que todos somos bisexuales por haber dado un pico en una noche de fiesta loca a una persona de nuestro mismo sexo (y con más alcohol que sangre en las venas), cuando luego nos da asco pensar en besar apasionadamente a alguien así? Nos reímos a la cara de alguien de sus penas y malos momentos cuando en las redes sociales somos lo más moralistas posible. Odiamos la guerra y, a la más mínima que vemos dinero, nos vemos dentro de una de ellas. No puede ser cierto que salga más rentable hacer botellón que culturalizarte. Al igual que comprar un disco de música o un libro es demasiado caro y contratar todos los meses el servicio de canal plus liga para ver a veinte y dos tíos corriendo detrás de un balón para meterlo entre dos palos, es mucho más económico. Nos quejamos continuamente de la corrupción y el resto de problemas políticos pero dudo mucho que estemos en peores condiciones que Haití, Japón, Etiopía... etc. ¿Alguien se acuerda de algunas de las desgracia que se sufre día tras día en estos países? ¿Cuántos piden un minuto de silencio, aunque sea por redes sociales, como hace todo el mundo cuando dan a conocer una noticia en los medios? Por otro lado, sigue diciéndome que mi oficio no es importante que me seguirás diciendo que tu ocio no existe. Quién no lee, escribe (aunque sea la lista de la compra), ve la tele... en su tiempo libre. ¿De verdad piensas que soy menos que un arquitecto, un ingeniero, un profesor, un médico... o un bombero; por dedicarme a la creación de contenidos? Adelante, síguelo pensando. Puede que la música no sea tan "moderna" como el reggaeton o el pop y el rock pero, tengamos en cuenta, que si a éstos se vendiesen como se vende a la música clásica, éstos tampoco venderían. Por último, no te creas superior por ser de ciencias y te justifiques con que éstas contribuyen al avance de la humanidad; créetelo cuando sin necesidad de recurrir a las letras, te puedas comunicar con los demás. Es posible caminar durante horas por un puente construido por los mejores ingenieros y arquitectos, sí; pero, más fácil es perder nuestra dignidad y la vergüenza al venderlas por cuatro cochinos duros que, en un futuro, no tendrán ningún valor. Y, por todo esto, vivimos en una sociedad que da MUCHO asco.