¡que bonito es lo que me rodea!

                                        La verdad que sigo llevándome sorpresas con algunas  personas. Es algo habitual en todos los individuos, forma parte de ser "ser humano", pero no deja de asombrarme. En fin.

El otro día, de camino al colegio con mis tres niños, mi hija me dijo: -Mira mamá, que bonito el color azul que tiene el cielo. Levanté la vista, lo miré, y por primera vez, desde hacía muchos años, pude apreciar ese color azul tan claro y limpio que tiene el cielo (sin nubarrones, se entiende).  Y se lo dije, que nunca me había dado cuenta como esa mañana del tono tan bonito que hay en el cielo. Me recordó a un pantalón de chándal que tenia que era de ese color y me gustaba mucho.Me sentí muy bien, ¡es una tontería, pero me sentí bien!!

Ahora ya es primavera aquí en España, y empiezan a florecer todos los árboles, plantas, es muy bonito. Y también, por ridículo que vuelva a parecer, lo aprecio.En casa, tenemos un patio con algún árbol frutal y diversas plantas. Hemos plantado hace un par de semanas, tomateras ¡y si vierais que bonitas están!. Cada día, los cinco, toda la familia,  cuando por la tarde después del cole estamos fuera, miramos a ver cuanto han crecido todas las plantas y flores que hemos plantado últimamente. La verdad que disfruto viendo la naturaleza, aunque sea en pequeña proporción y en casa.En muchas casas del vecindario, las fachadas están llenas de flores y los árboles de la calle ya empiezan a florecer. Suena cursi, pero es que ahora me fijo más en estas pequeñas cosas. Son bonitas.El día de San Jordi, siempre le regalaba una rosa a mi abuela/madre y para seguir con la tradición, aunque no esté ella, cogí una rosa del colegio de los niños, (previo permiso de la directora, claro). No me di cuenta que tenia cuatro capullitos pequeños. Cual fue mi sorpresa cuando al cabo de dos  días en vez de una rosa, ¡había cinco!!! (podéis verlas en la foto).Otra cursilada, pero me emocionó. Pensé que era ella, (mi abuela), que estaba contenta.Y bueno, conclusión: ¡me gusta darme cuenta, como nunca lo había hecho antes, de lo que adorna mi alrededor!.