¿Qué dirás esta noche pobre alma solitaria?,
¿Qué dirás, corazón, marchito hace tan poco?,
A la muy bella, a la muy buena, a la amadísima,
Bajo cuya mirada floreciste de nuevo?
El orgullo emplearemos en cantar sus loores;
Nada iguala al encanto que hay en su autoridad;
Su carne espiritual tiene un perfume angélico,
Y nos visten con ropas purísimas sus ojos.
En medio de la noche y de la soledad,
O a través de las calles, del gentío rodeado,
Danza como una antorcha su fantasma en el aire.
A veces habla y dice: «Yo soy bella y ordeno
Que por amor a mí no améis sino lo Bello;
Soy el Ángel guardián, la Musa y la Madona».
Autor: Charles Baudelaire