Revista Literatura

¿Qué es mejor ser funcionario o emprendedora?

Publicado el 22 julio 2011 por Migueldeluis

Hola… buenos días… ¿preparadas, preparados y preparades? Hoy voy a ser polémico. Hace mucho tiempo, existía un mundo feliz y maravilloso donde repartían piruletas en el que todo el mundo y munda podía ser empresario. Tenías un ideO, trabajabas mucho y ya está tenías un negocio bonito y feliz. Más, ¡ah, perversión!, ¡ah, costumbres perversas!, ¡ah atávico gobierno!, a fastidiarse, la gente prefería la comodidad de ser funcionariO y hundir la economía. Y eso a pesar de que miles de otros, otras y otres que tampoco eran empresarios le animaran a hacerlo.

Ahora en serio.

¿Alguien ha reparado en que la mayoría de los opositorEs son opositorAs? Y es más, te das cuenta que muchas están embarazadas o son madres jóvenes. Y bueno, luego a uno le da por pensar, y he llegado a una conclusión provisional, que no es otra que la siguiente: la función pública es una opción mucho más atractiva para la mujer que la empresa privada o el auto-empleo.

Como funcionaria sabes que te van a respetar las bajas. Vale, la Inspección Médica se puede poner quisquillosa, pero si haces las cosas bien lo normal es que no tengas más problemas que el papeleo. Tienes también tus días de asuntos propios, flexibilidad horaria e incluso puedes pedir una excedencia para el cuidado de los hijos. Además, hasta ahora, ni la función pública griega ha quebrado.

En la empresa privada las diferencias entre la legalidad laboral y la necesidad empresarial hace que las cosas sean un pelín diferentes. Y si es una misma quien quiere poner un negocio, me explicas como le dices a un cliente que te vas a retrasar en la entrega porque tu hijo está malito. O, piensa en la aspirante a emprendedora cuando escucha que hacen falta más de 24 horas diarias (sic) para mantener un negocio a flote, o como los primeros años no son sino pérdidas.

Y es que los riesgos son como lobos cuando uno es una y además madre.

Una alternativa

Una alternativa sería emprender un negocio minimalista. Vale, gente, estoy un poco pesado con esto últimamente, pero me váis a comprender. En primer lugar porque yo mismo estoy involucrado en un experimento de este tipo. Y tanto es así que ya he metido la pata. No se trataría tanto de tener un negocio minimalista. Eso va mejor para los solteros, sino más bien de tejer una red de ingresos pasivos.

En breve, los ingresos pasivos engloban todos los ingresos que no requieren una participación activa de la persona (mejor dicho una participación minima), quedando a parte los ingresos de portfolio (dividendos, intereses financieros, etc..)

Mi colega Frank, recientemente ha publicado un artículo en su blog que me va a ahorrar gran parte del trabajo. En “Ingresos Pasivos y Negocios Online” detalla, como si fuera un manual escolar, la definición y los tipos de ingresos pasivos que existen y ya para remate añade ejemplos que si no os dan ideas para emprender algo no sé que lo hará.

Escuchad, seámos prácticos. Ni las oposiciones son sencillas, ni tampoco emprender nada, ni lo es buscar y retener un trabajo, especialmente ahora. Pero para todAs y todos crearse una red de ingresos pasivos, y crearlos a través de negocios minimalistas (negocios con costes corrientes casi cero) ofrece una oportunidad de intentarlo con muy poco riesgo.

Si queréis empezar os aconsejo que os déis una vuelta por casa de Andrés Pérez Ortega, que os enseñará un par de verdades como puños sobre como vender vuestra imagen. Luego, en casa de Jeroen Sargen tenéis una lista de blog de productividad personal; los necesitáreis y, ya por último, si queréis preguntarme como me va siempre me podéis seguir en twitter, aunque a los que sepáis inglés os gustará más seguir a Everett Bogue, quien ya ha cosechado dos éxitos bien majos.


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