Estaba con mi amigo tomándonos el postre y, de pronto, deja de masticar. Yo pensé que mi tarta de manzana no le gustaba. Uff, con lo bien que me salen! Y me dice, yo creo que todo me sale mal. Que todo me ocurre a mí. Que me equivoco con las cosas que hago con mi novia. Que…..
Le dije: Para hombre, para de hacerte la víctima. Tanto que dices “Yo creo”. ¿Tú sabes qué es una creencia?
Te explico. Una creencia es todo lo que hay detrás de cada acción. Son tan influyentes en ti que determinan tu comportamiento. Una creencia es una interpretación considerada como hecho y además te filtra como percibes la realidad.
Lo malo de algunas creencias es que te las puedes creer y se convierten en la profecía autocumplida.
Una de las mayores contradicciones de las creencias es que no tenemos creencias, son estas las que nos tienen a nosotros. Es un juego de palabras pero te lo explico. Cuando tenemos una creencia, seguimos creyendo en ella más que en los hechos que observamos. La típica persona negativa que cuando le viene un golpe de suerte o confluye por fin todo su esfuerzo en la consecución de un reto y piensa que seguro que no es tan bueno o tendré ahora que hacer tal o cual cosa y es un rollo. Seguro que te viene ahora a la cabeza más de un ejemplo y persona y, hasta tú mismo quizá. Mi amigo se rió a carcajadas.
Las creencias son juicios que hemos “comprado” a alguien e incorporado en nosotros. Esas personas cercanas o lejanas a ti que ejercen esa poderosa influencia. ¿Te acuerdas de alguien?
Las creencias son irracionales, muy poco fundadas y se construyeron, la mayoría, en la infancia. Quien no recuerda en su niñez “avisos” de sus padres sobre que si no haces esto te pasará aquello. Y ellos te lo decían con su mejor intención pero estaba basado en su experiencia y vivencia.
En el próximo artículo te contare como yo luché contra una creencia “poco adecuada”.
¿Tú reconoces tus creencias? ¿Las aprovechas?
Este post ¿Qué es una creencia? aparece en El arte del coaching.