Sea tanto para un casting como para una escena de TV o cualquier otra pieza que tengamos que preparar…. a menudo se dice que la primera vez que la representamos debemos llevar nuestra propia “propuesta”. Pero esto… ¿en qué consiste?
La propuesta interpretativa
¿Te has parado a pensar por qué a los actores se nos llama “intérpretes”? La razón es muy sencilla: porque interpretamos la obra, audiovisual o teatral, que se nos da. Es decir, existen muchas maneras de interpretar un mismo texto.
Si das una misma separata a un buen puñado de actores, por muchas indicaciones que les proporciones, te darás cuenta de que no habrá dos interpretaciones iguales. ¡Esa es la magia de nuestra profesión!
En eso precisamente consisten los castings, en escoger al actor que más se acerca a las necesidades de la pieza en cuestión o de la visión que tiene sobre ella el director.
Por tanto, no hay duda de que la interpretación de un texto es siempre algo muy subjetivo.
Ahora bien, alguna vez habrás escuchado el típico consejo para actores que necesitan prepararse para un casting, en el que aconsejan “que es muy importante que lleves tu propia propuesta”. Otros lo llaman “elección interpretativa”. Pero lo llamen como lo llamen, ¿esto qué significa?
Una vez has leído y entendido bien el texto que has de prepararte, esa propuesta es cómo entiendes tú esa escena, la visión que tienes tú del personaje en cuestión, cómo es y cómo se comporta en ella.
En resumen: tu propuesta es aquello que da vida a ese personaje a partir del texto, que le dota de un recorrido emocional y que evita que actúes de forma estereotipada, recitando las líneas sin más.
Si quieres ser un buen actor, no vale que te estudies tu parte y esperes a que el director te diga cómo lo tienes que hacer. Tú eres quien tiene que proponer la manera en la se desenvuelve tu personaje. Y a partir de ese punto de partida, será el director quien te vaya indicando lo que desea.
Puede que le encante lo que has propuesto, puede que solamente quiera matizar algunos aspectos o puede que prefiera darle un aire totalmente nuevo y te lleve por otra dirección. Independientemente de lo que quiera, has de llevar siempre una propuesta preparada. Y no solo para los castings o audiciones a los que acudas, sino para cualquier trabajo.
Ten en cuenta que en ocasiones recibirás muchas instrucciones del director (publi, ensayos de una obra de teatro…), pero en otros momentos, como en una serie diaria de televisión, casi no habrá tiempo para ello. Dependerá de ti, por tanto, el hacer una interpretación brillante de tu personaje en la escena o solo hacer una del montón. Y eso dependerá de cómo te prepares.
Consejos para elaborar tu propuesta
Una vez entendido lo que es, queremos darte algunas sugerencias a la hora de preparar la tuya:
- Aunque no tengas mucho tiempo, intenta no leer solamente tu escena. Es mejor que leas el guion entero, si lo tienes, para hacerte una idea general y entender todo mejor. Y no solo para entender qué es lo que le está pasando a tu personaje en esa escena en cuestión, sino qué es lo que les pasa a todos los personajes. Una comprensión global hará que tu planteamiento tenga mucho más sentido.
- El primer paso es leer el texto, sentirlo y crearte una primera impresión. Deja aflorar tus instintos; Ya tendrás tiempo de analizar la escena después y pensar cómo has de enfocarla. ¿Qué tono te ha sugerido? ¿Es dramático o más ligero?
- Una vez hecho este ejercicio, es momento de pasar a buscar el subtexto. Es decir, ir buscando un poco más de profundidad. A partir de ahí te irán surgiendo imágenes visuales, sensaciones, e irás dando forma a las acciones de tu personaje. Entenderás (o crearás) su punto de vista y su personalidad.
- Todo lo que rodea a tu personaje ayudará al modo en el que realices aquellas elecciones que darán forma a tu propuesta: la época o el lugar en el que vive, su estatus social, cómo viste, etc. No olvides tener en cuenta todos los sucesos que ocurrieron antes de que empezara la escena en cuestión: si no los tienes, piénsalos. Tu personaje siempre tiene un recorrido, de un punto de inicio a un punto final.
Por último, te sugerimos que, si vas a ir un casting, te abras a varias propuestas. Aunque lleves tu favorita, si tienes plan B o C y el director te indica que vayas por otro camino, posiblemente te sea más fácil alcanzar lo que te propone.
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