Algo que llama mucho atención es la cantidad de personas que se quejan de las circunstancias por las que están atravesando. Parece que no logran comprender que sólo son “circunstancias” y ven tales circunstancias como cosas definitivas que no podrán cambiar. También puede ser que esas personas disfrutan de la fatalidad y del sufrimiento.
En algún lugar leí que “preocuparse es como estar en una silla mecedora; es divertido pero no te lleva a ninguna parte”.
Preguntas para reflexión:
- ¿Ves el vaso medio vacío?
- ¿Ves el vaso medio lleno?
- ¿No logras ver ningún vaso?
- ¿Qué tal si traes tu propio vaso y lo llenas cada día?