Y es que somos unos horteras, yo el primero, que cuando leí aquello en la novela de Federico Moccia me pareció bonito.
Pues yo propongo que sea el mismísimo autor del invento el que pague con los gastos de quitar miles de candados de los puentes del mundo. Hay quien me susurra, que pague también, ya que estamos, un impuesto por malo- ahí no entro yo, que luego llueven los correos-.
Un amigo mio, me mostró un día una foto con su enamorada sobre el puente Milvio de Roma. Hay amigos que merecen ser olvidados. Venga Federico, tírate al rió y paga. O prométenos un par de añitos sin novela ñoña, ¿ok?