Pero volviendo a los 60 millones. Lo confieso. He empezado a jugar a los Euromillones. Harta de oir eso de si no juegas, nunca te va a tocar, he decidido coger el toro por los cuernos y jugar a lo grande. Todas las semanas. Y no es tontería, que esto son tierras británicas y aqui pagamos a precio de libra (dos, en concreto) cada intentona fallida.
Cuando Chiqui llegó a Londres lo hizo dispuesto a continuar con sus costumbres madrileñas en la medida de lo posible, que no le diera mucho el sol y jugar a los Euromillones, entonces, vió que no eran dos euros sino dos libras lo que se jugaba al cambio asi que se lo encargó a su novia, aun a sabiendas de que aqui entras en un sorteo extra exclusivo para tierras inglesas -te sorprendería saber la cantidad de entradas que hay en foros de expats preguntando por los Euromillones, ¡asi andamos!- y me pregunté eso de... pero ¿no son las loterias para jubilados que piensan en pagar la hipoteca de sus hijos y para el sorteo de la Navidad?
Hasta que hoy en Westfield con Luzma me volvió a decir eso de que ella siempre jugaba. ¿Otra persona de mi generación adicta a la suerte y a la estadística difícil? Entonces salió mi vena positivista y agresiva, why not? Asi que quien sabe, quizás la próxima vez que falte un mes al blog -sorry, sorry, sorry, sé que tengo dos o tres fieles reclamando actualizaciones- sea porque me ha tocado algo gordo :)