¿Qué queremos?

Cuando se llega a la edad en la que algunos miedos internos comienzan a hacer acto de presencia, sentimos ese pánico escénico que, a muchos, nos motiva a cambiar nuestras vidas o parte de ellas. Es una etapa en la que solemos hacer balance y mostrarnos sinceros -al fin- con nosotros mismos, sin caretas y sin prejuicios. Pretendemos -también- no contar con un fiscal, un jurado y una sentencia firme: simplemente queremos ser felices… y si ello exige un cambio, un esfuerzo o una decisión drástica y repentina, probablemente sea este el momento.

Algunos tenemos la extraña suerte de no plantearnos nada de esto, ni siquiera a determinada edad, pero por lo que veo y observo, somos la excepción. Igual es que aún no ha llegado nuestra hora crítica… ¿Quién sabe?

Recomienda Eduard Punset la realización de una lista de prioridades en esos tiempos de dudas, de crisis interior que consiguen revolvernos las tripas y las ansiedades, para tener claras nuestras preferencias y nuestros deseos reales. No me importa hacer pública mi lista, y si alguno de mis lectores quiere compartir la suya, estaré encantada de leerla. También puede hacerla de forma privada -si se halla en ese estado de incertidumbre- y comprobará que es una buena forma de concretar y analizar la situación presente y resolverla con mayor facilidad. No hay que pensar mucho, debe salir espontáneamente…

¿Qué quiero yo? ¿Qué necesito para vivir feliz?

-La salud y el amor de mi familia. Su compañía.

-Mis amigos y su apoyo.

-La escritura. La creatividad. La comunicación. Lectores.

-Algo de dinero que me ofrezca tranquilidad.

-El arte en todas sus modalidades.

-Paz.