Revista Literatura

¿Que será de ella?

Publicado el 16 enero 2016 por Cuchu
¿Que será de ella?Desde muy niña sentía la necesidad de actuar cuando alguien estaba en apuros. No era algo que salió de ella sin más. Su padre siempre estaba ayudando a los más defavorecidos y ella simplemente seguía su ejemplo.
Pasaron los años y ella seguía siendo solidaria y comprensiva. Esto hizo que los demás la etiquetaran de ser "especial". Se lo decían muy a menudo y ella se sentía tan incómoda... La creían pura y buena, incapaz de hacer nada que se pudiera considerar intachable. La admiraban y sentían un cariño muy "especial", tanto como lo era ella... y ella se sentía tan incómoda! Esperaban demasiado de ella y no se daban cuenta de que no era especial en nada. Era igual que todos ellos, con sus defectos y sus virtudes. Una persona que a veces es solidaria y generosa; pero que también tiene momentos de egoismo. Que se equivoca, que hace daño -aunque sea de forma involuntaria-.
Pasaron los años y ella seguía siendo solidaria y comprensiva. Pasaron los años y con ellos cosas buenas y tambien malas, y fue en las malas que uno a uno se fueron decepcionando de ella... Se dieron cuenta que no era "especial" y sintieron que les había engañado...¡Confiaban tanto en ella! y resultó ser una más. Resultó que ella hizo y dijo cosas que nunca habria echo alguien "especial". ¡Qué falsa!, ¡como les había engañado a todos!
Ahora se daban cuenta de cómo los manipuló, haciéndoles creer que era la mejor persona del mundo. Se sintieron tán enfadados...
¿Y ella? ¿Cómo se sintió ella?
Sintió impotencia y tristeza por no haber sido capaz de evitar esa  situación. La subieron en un pedestal sin que ella lo pidiera. Sin que lo deseara. Y la bajaron del pedestal dejándola sola... Ella sintió que había sido una marioneta del destino.
¿Por qué a los demás se les perdonan sus errores y a ella no? ¿Por qué dan tanta importancia a lo que ella hace o dice?
Se alejaron de ella porque había hecho daño y cuando te daña quien crees que nunca lo haría duele más.
Se sintió tan dolida que reaccionó de la peor forma, exponiendo públicamente todo aquello en lo que los demás le fallarón -según su interpretación de las cosas-.
Pasaron los años y las cosas nunca volvieron a ser como antes. Ahora le habían colgado la etiqueta de loca, de manipuladora, de mentirosa... Todas las cosas que ella les confió en momentos de enfado o rabia, ellos lo utilizaron en su contra. Esas cosas que dices para desahogarte a las personas que consideras de tu confianza, las usaron como dardos contra ella. Todo cuanto hacía o decía lo interpretaban como maldades para hacerles daño.
Pasaron los años y ella seguía siendo solidaria y comprensiva. Es lo que aprendió de su padre. Lo llevaba tan marcado que no podía ser de otra forma. Pero ya no era confiada, ni tan bienpensada. Ya no era tan alegre y poco a poco notaba que en su interiór crecía la malicia, algo que nunca antes sintió.
Desde esos momentos ella empezó a cambiar de actitud. Se sentía envenenada y tenía una lucha interna que la agotaba... Su parte buena se resistía a desaparecer; pero no podía evitar que de vez en cuando asomara la parte mala... Su vida se convirtió en una cadena interminable de desatinos. Perdió su seguridad, su autoestima... su sensatez. Ahora sí se comportaba como una loca, como una neurótica y ella lo sabía, y se odiaba por ello... Perdió el control sobre sí misma y sus pensamientos, sentimientos y emociones, completamente descontrolados, sin límites, sin medidas; convirtieron su vida y la de los que la rodeaban en un infierno... Perdió a alguno de sus hermanos y también a su hija y a su nieta, porque juraron que para ellos estaba muerta... Y lo está desde entonces...
Ella está muerta aunque respire. Siente que es un cadáver putrefacto. Un cáncer para sus seres queridos. Dañina. Desagradable. Indeseable... así se ve cuando se mira al espejo. Y ante su reflejo piensa "¿no será que soy tal y como ellos dicen? Si mi problema se repite con todos no cabe duda que tienen razón...". Limpia el espejo y se da cuenta que son sus ojos anegados en llanto los que le impiden ver su imagen. Con cansancio se aparta las lágrimas y mira su rostro... ¡Cuánta tristeza reflejan sus ojos!¡Cuánto dolor y sufrimiento! Y su mente viaja en los recovecos de la memoria, trayendo a su consciencia, recuerdos de tiempos felices, donde no había rencores ni malos entendidos, donde no había nada que perdonar... sólo amor. De pronto esos recuerdos se van y vienen otros desagradables de cosas que ella no entendía entonces, y que ahora se mostraban como un libro abierto que la mostraba tal y como es... "Yo fui la responsable" se dice a sí misma tremendamente triste. Secó de nuevo sus lágrimas y con el alma desesperanzada se alejó del espejo.
Ella sigue siendo solidaria y ¿comprensiva?; pero eso no la hace buena, porque si lo fuera nadie la habría borrado de su vida... muerta para ellos y muerta para ella misma.
Su vida ahora está llena de oscuridad, de soledad y desesperanza. Sabe que nunca volverá a abrazar a su hija y a su nieta. Que nunca recuperará a su hermano o hermanos. Está convencida que es lo mejor para ellos; pero ¡duele tanto!
Se cubre el rostro con las manos y hecha un ovillo llora hasta quedarse sin lágrimas, como cada día desde hace años... llora sola y sufre sola sus pérdidas. Tal vez nunca lo supere y tal vez acabe muerta de verdad, dejando al mundo más limpio, con más luz y menos dolor...
Ella es la única que sabe lo que puede ocurrir...
- María Jesús Blanco-

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