Recordar (o ver nuevamente) la película produce escalofríos. Casi treinta años después, Mariano Ozores retrata a la perfección el país, al de antes y al de ahora, !nada ha cambiado! En cachondeo, e intentando narcotizar al espectador (especialmente al potencial o teóricamente de izquierdas) se van produciendo situaciones que actualmente, hoy mismo, son el pan nuestro de cada día:
Una clase dirigente caciquil dueña del país que se mea (literalmente) de risa al ver los aires de esperanza -!desorbitantes!- que se tenían en aquel momento por un auténtico cambio político que jamás se producirá.
¿El cine retratando a la sociedad o el cine de Ozores actuando como dormidera de un pueblo? Las dos cosas son posibles, es lo bueno y lo malo del arte.
Hoy, finalizando la primera década del siglo XXI, Zapatero, desde el PSOE hasta ERC pasando por el PSC y CIA, nos demuestran que la derecha se sigue meando de risa, se caga en nuestros muertos mientras nos sigue robando y, por si fuera, poco ganarán siempre las elecciones.