Hoy viernes, 8 de marzo, es el día Internacional dela Mujer Trabajadora. Un día en el que se rinde homenaje a muchas mujeres que le hicieron ser quien es. Ella, que es de la generación X, ¿la recuerdan? Aquella generación hija de los 80, una de las mejores formadas de nuestro país, que parecía ser el colmo del egoísmo porque todo les venía dado… La generación de los conformistas, de los cómodos. Después, claro, vendrían el resto de generaciones y se impondría la realidad. Los derechos que ahora ella disfruta, que disfrutan en general las mujeres de su generación y que tantísimo costaron de conseguir, se están viniendo abajo por la crisis.
Porque la crisis, feroz y salvaje, siempre se ceba con los más débiles y el eslabón más débil, en esta sociedad paternalista y paradójicamente matriarcal, continúa siendo la mujer. La reforma laboral, según los sindicatos mayoritarios, se ha traducido en una mayor destrucción de empleo entre las mujeres. Y eso se traduce, a la larga, en un recorte de oportunidades. Les guste o no. Desde el punto de vista empresarial, una mujer que es madre es un lastre para la empresa. No se entrega lo mismo, tiene hijos con la manía de enfermar y, con los recortes a la dependencia, familiares a su cargo. Y lamentablemente es así. Eso aún pasa.
En la mayoría de los casos son ellas: las madres, las hijas, las hermanas quienes cuidan de las personas dependientes abandonando todo sueño, todo trabajo remunerado. Con una brecha laboral sangrante, vergonzante y creciente- en la Comunitat es del 23%- sale a cuenta que ella se quede en casa, total, para lo que gana… Cuántas veces han oído ustedes ese cuento. Tantas, que al final han acabado creyéndoselo. “Total, para pagar a una chica, me quedo en casa y me crío yo mis hijos”.