Querida

Recordarte mientras los perezosos rayos de última hora de la tarde se resisten a marcharse, mientras la gente camina lenta camino de su hogar, dices que no me queda mucho por decir.

En una tarde de primavera como ésta debería estar prohibida la nostalgia y la melancolía, pero mi cabeza no entiende de reglas. ¿Que tiene la voz ronca de Terez Montcalm, que me ha hecho recordarte?, cientos de fotos nostalgicas han aparecido en un cajón, miles de recuerdos, y en todas tú, en todas trozos de mi vida junto a ti, momentos que pasaron fugaces y que hoy son todo lo que me queda de ti.

Recordarte es un pecado que por hoy me puedo permitir, que no debería pero que no quiero evitar. Melodías que encajan con mil cartas y poemas, instantes de felicidad conservada, tristeza melancólica, y después de todo ¿Qué más podría desear, querida? que en días como hoy todavía ocupes mi vida y mi mente.