Publicado originalmente en liberalspain.com
Hace ya algunas fechas, en concreto el 7 de Agosto de 2.012, publiqué en el diario online ellibrepensador.com, un artículo que se titulaba “Queridos liberales, queridos libertarios”, con su posterior enlace aquí mi propio blog, Comentarios Otomanos, que últimamente tengo un poco abandonado. Todo sea por ganarse los cuartos.
Lo traigo aquí a colación, porque vistos y leídos los acontecimientos sobre unos u otros artículos, de El penultimo liberal o de la propia dirección, viene pintiparado, como decía Cassen en “Amanece que no es poco”. Lo dejo a continuación de este.
Como corolario a la tesis de este post: Queridos liberales, queridos libertarios, de nuevo, ¿alguno de vosotros tiene la maquinita de repartir carnés de liberal?
Pues la respuesta es sí y no, porque si somos individualistas, somos comos somos, hijos de nuestro padre y de nuestra madre, distintos, con distintos pensamientos e inquietudes. Así que si yo me considero individuo, único, frente al estado, al colectivo, individual frente al aborregamiento, con ideas propias y tomadas prestadas de unos y otros, ¿quién me quita a mi el derecho de llamarme liberal?
Es un ejercicio de futilidad, de absurda contradicción con la esencia del individualismo tachar a unos o a otros de liberales o no. Repartir carnés de liberal o estatista en función de mi doctrina de pensamiento. Un absurdo.
Yo soy miento del P-lib casi desde su fundación, como otros que por aquí escriben y no me molesta en absoluto ni los artículos ni los comentarios vertidos en este blog. Y sabéis una cosa, el día que encuentre en el P-lib alguien que piense exactamente como yo en absolutamente todos los temas, me las piro de allí.
Mi pensamiento es único e intransferible, y eso espero de alguien que se proclame liberal, como yo soy único, y todos los somos. Quizá necesitemos encajonar las ideas o las personas dentro de una etiqueta para poder racionalizar y estructurar nuestras inquietudes hacia ellos, pero visto lo visto, y como está el patio, más nos valdría dejarnos de zarandajas.
La madeja del Estado está muy liada, y nosotros estamos mirándonos el ombligo constantemente. Como minoría que siempre hemos sido los liberales, nos encerramos como grupo, en lugar de mirar en una dirección. La del desmantelamiento del Estado. Paulatino. Sin prisa, pero sin pausa. Y este blog es una gran herramienta. Como punto de encuentro, para unir fuerzas contra el Estado.
Ojo, que nadie se confunda. Nada está reñida la individualidad con el trabajo en equipo. Y si seguís empeñados en etiquetar a unos o a otros, pensad como le iría a Messi (o a Ronaldo, no hiramos más susceptibilidades) jugando solos contra once. Exacto. Más o menos como nos va a nosotros ahora, queridos liberales.
Queridos liberales, queridos libertarios, aquí en Comentarios Otomanos
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