Os escribo mi carta de reyes ya digo que sin ninguna esperanza...
Pero si ni la escribo. Siempre podréis decir que no os lo pedí.
Y a mí me cuesta un suspiro escribir.
Os adelanto que intenté portarme todo lo bien que la teoría me decía...
Pero llevarlo a la práctica se me ha hecho directamente imposible.
Intenté enfadarme menos, es mi punto negativo. Lo confieso.
Intenté no gritar, que no se me llevaran los demonios, intenté dejar el tabaco, adelgazar algo, ponerme en forma, aprender algo. Todo fueron meros pensamientos.
Quizás intentos el 1 de enero. Pero he acabado el año catalogada como mala-mujer.
Pues no he logrado acostarme sólo con conocidos, amigos o alguien con nombre.
El término "desconocido" me pone.
Otra confesión.
Pero para que no sea esto un confesionario
¡¡Voy al grano!!
Voy a concentrar mis energías, y las vuestras, en ello:
os pido una relación seria, formal, educada.Con un hombre que me inspire, me enamore, me reconforte.
Me suba y me haga sentir bien. Que con él sea mi versión más auténtica. Más pura.
Que me entienda, que no intente resolver mis conflictos, problemas en los que me meto yo solita. Sólo que sepa escucharme.
Que me deje solita cuando necesite.
Que domine mi carácter. Sin sentirme sumisa.
Saber que soy su todo independientemente del resto.
Que me haga reír, como no río con otros. Reírme de todo hasta de mi misma. Vital.
Que en sus besos me funda y en la esquina de un suspiro me deshaga.
Pero sobre todo: que no me aburra con egocentrismos desmedidos. Que el " yo he hecho, yo soy. Yo..." Me cansa, no puedo evitarlo.
¿Seré mala?
Quiero un hombre entero. Y para eso deberá entenderme...
Y como Reyes Magos, muy magos pero hombres, al fin y al cabo, que sois.
(No se lea esto como una misandria encubierta. ¡¡Nada de eso!!)
Os voy a transcribir en poquitas palabras que significa eso...
Quiero un hombre que sea suficientemente bueno para llevarme al altar, pero sabrosamente golfo como para dominarme en la cama.
¿es tan difícil mi deseo?
Quizás debería habéroslo pedido antes. Para que os diera tiempo a buscarlo.
O tal vez, probablemente, en realidad no quiero que lo encontréis.
Por algo soy La Suelta.
Dispuesta.
La Suelta.