Ella no es un fantasma, es una creación, un instinto, un adentro que quiero que salga. Es un personaje, me sigue para contarme historias que nunca sabré si son ciertas. Anoche me quería convencer que la soledad se atenúa si se mira fijo la luna. Uf, que ambigua es la luna, cambiante, o mengua o crece, como mi soledad.
De a ratos Ana no me parece tan desagradable, debo reconocer que siempre me ha gustado que me cuenten historias. Y los ademanes Ana, ah noooo, sin gestos me recordás a esa ausencia. Ah, viste, te creías la dueña de mis secretos. Pero no. Apenas soy ese rumor de barrio. Como vos.
Nadie te ve Ana, todavía, sí, todavía, no tengo dudas que con el tiempo hasta yo te pondré rostro. Pero hoy es domingo y no te voy a creer si me decís que.. me está extrañando.