Cuando alguien intenta mostrarse ingenioso y comienza diciendo "vayamos por partes", es casi una obviedad señalar que terminará la idea expresando "como dijo Jack el Destripador".
Porque como 9 de cada 10 estrellas de cine confesaban por dinero que utilizaban un determinado jabón de belleza, 9 de cada 10 contertulios mostrarán una sonrisa cómplice en su rostro cuando se mencione del nombre de este asesino serial, indicando con ella que sabe bien de quién se trata (lo cual no es ni remotamente verdadero). En realidad no conocen la historia pero sí el chiste, o fingen conocerlo para no quedar como ignorantes (que realmente son).
Percy Taira, a quien ni usted ni yo conocemos, escribió un buen artículo en http://expedienteoculto.blogspot.com.ar/2007/05/quin-fue-jack-el-destripador-reportaje.html
del que comenzaré extrayendo algunos "menudos" como buen destripador de temas que intento ser.
Indica el amigo Percy que el tal apodado "Jack" era sin dudas un londinense que comenzó asesinando a cinco prostitutas del poblado de Whitechapel en 1888. El sobrenombre se lo puso él mismo en una de las cartas que escribió a la Agencia Estatal de Noticias de Londres, el 25 de septiembre de 1888, diecisiete días después de su segundo asesinato.
"Querido Jefe, desde hace días oigo que la policía me ha capturado, pero en realidad todavía no me han encontrado. No soporto a cierto tipo de mujeres y no dejaré de destriparlas hasta que haya terminado con ellas. El último es un magnífico trabajo, a la dama en cuestión no le dio tiempo a gritar. Me gusta mi trabajo y estoy ansioso de empezar de nuevo, pronto tendrá noticias mías y de mi gracioso jueguecito...
Firmado: Jack el destripador"..
Pero, acota Percy, estas no fueron las únicas cartas que supuestamente fueron escritas por Jack. Muchas personas, en un bizarro sentido del humor escribieron misivas haciéndose pasar por el entonces temido y desconocido asesino. Y comenzó así un largo camino intentando todos y cada uno de los investigadores oficiales y aficionados brindar alguna pista para identificar, capturar y castigar al brutal asesino.
Arthur Conan Doyle, autor de "SherlockHolmes", propuso que en realidad se trataba de una mujer, postura que nadie tomó en serio. Era, para otros, un médico, un carnicero, un barbero, en fin, alguien que podía manejar bien un bisturí, una cuchilla o algo así.
Pero apartémonos del artículo de Percy y naveguemos otras aguas que me acercaron un recorte sobre el tema. Por supuesto, para hacerlo más misterioso, no se indica la fuente del recorte, ni la fecha, ni el autor. Perfecto para sumergirnos en el misterio, tomados fuertemente de las manos porque uno no sabe con qué finalmente podrá encontrarse, si es que se encuentra con algo.
Cada año aparecen cuatro o cinco nuevos libros sobre Jack. Un recuento rápido nos dará no menos de cien obras sobre el asunto circulando por allí. Porque todos, en forma oficial o como chisme de pasillo, expresan su idea "brillante" acerca de quién fue realmente el famoso criminal.
Lewis Carroll, el de "Alicia en el País de las Maravillas" dice que se trata de un vástago de la familia real británica, que luego fue designado como duque de Clarence y Avondale. La norteamericana Patricia Cornwell propone que Jack era en realidad el pintor germano-británico Richard Sickert. Un ex detective inglés llamado Steve Marriot propone como sospechoso al marinero alemán Carl Feigenbaum, quien andaba por esos lugares en las fechas de los asesinatos y habría confesado sus crímenes antes de morir. Un tal Tony Williams asegura que Jack era su propio tío abuelo, el cirujan John Williams. Y, saltando cientos de otros posibles sospechosos mencionados por unos y otros, terminamos aquí con Nicholas Chapman, un criminal colgado por otros delitos que fuera señalado como el destripador de Londres por el inspector Frederick Abberline.
En definitiva, si el tiempo que pasa es evidencia que se pierde o verdad que se aleja, desde 1888 ha transcurrido suficiente tiempo para que las posibilidades de hallar al culpable de esta seguidilla de crímenes ya andan recorriendo apartados puntos de alguna galaxia. Lo único que tenemos como seguro es el chiste con el que comencé la nota, que parece gozar de buena salud y seguirá deambulando de boca en boca cuando algún tonto exprese "vayamos por partes" y su única neurona deteriorada no lo ayude a encontrar un remate mejor que " como dijo Jack el Destripador".
Prof. Daniel Aníbal Galatro
Esquel - Chubut - Argentina
Marzo de 2014
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