¿Quien me habla?
Publicado el 07 abril 2013 por Javier Ribas
De vez en cuando unas pequeñas vacaciones vienen muy bien. Me sirven para desconectar de lo habitual, abrir la cabeza a otras sensaciones y disfrutar de la lentitud del tiempo. Eso sí, si duraran mucho más tal vez me olvidaría de lo habitual, saturaría mi cabeza con tantas sensaciones y me aburriría con un transcurso lento del tiempo. Así que, manos a la obra, que nuestro futuro está a una décima de segundo del ahora. Y como he venido acelerado, necesito utilizar cosas que me ayuden a decidir más rápido para ir logrando esos objetivos que me acerquen a la meta. ¿Cuál es la herramienta que tengo más a mano? Está claro. La intuición. Sí, ese flash que nos ayuda a hacer lo adecuado en el momento justo, sin pensar, sin perder un segundo en analizar. Según la Teoría del Conocimiento, la intuición describe el conocimiento que es directo e inmediato, sin intervención de la deducción o del razonamiento, siendo considerado como evidente.Reconozco que soy un forofo de este concepto. Me encanta dejar que se ponga en marcha. Suelo consultarle mucho cual es su reacción. Me explico. Frente a algún acontecimiento, primero quiero saber qué me dice mi intuición sobre el. Y luego, según lo que sienta (emoción+pensamiento) actúo en función de la intuición o, paso al siguiente nivel que es la racionalización.Eso sí, como la intución no me provoque mucho rechazo, suelo hacerle caso. Soy un poco vago. Pero no me va mal. Hay teorías que se inclinan por decir que la intuición viene provocada por la suma de aprendizajes. Otras se decantan por afirmar que es la suma del conocimiento genético. Y las hay más osadas – según mi punto de vista – que hablan del conocimiento humano global. Soy poco ambicioso y reconozco que con la primera me vale. Tener un almacén en la cabeza que me permita encontrar soluciones adecuadas, basadas en mi experiencia, en pocas décimas de segundo, creo que es un lujo. No sé si hay ordenador que supere eso. Así que no dejes pasar ninguna ocasión para activar esta poderosa herramienta. Deja que tu intuición funcione. Escúchala. Y luego, analiza. Pero déjala que trabaje para ti. Si “suena” bien, síguela. Te va a ahorrar muchos tiempos de dudas.
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