¿Quién orienta a la población en materia nutricional?

La mayor parte de la información nutricional de la población proviene de mensajes publicitarios, televisión, periódicos y revistas. En el primero de los casos la información está mediatizada por intereses comerciales; en el segundo tampoco suele tratarse de información rigurosa, ya que se resaltan los aspectos de mayor impacto que exageran, o distorsionan, los resultados de las investigaciones científicas. Por lo generál, las pautas excéntricas y la búsqueda de lo mágico tiene mayor valor que la aceptación de los datos científicos (menos espectaculares).
Las opiniones de famosos, deportistas de élite, actores e incluso personas que han conseguido cambios en su físico son menos criticadas en la mayoría de las veces que la de los expertos que se han dedicado durante años al estudio de la nutrición. La nutrición es una ciencia que necesita estudio y no es cuestión de opinión o experiencia propia, sino de conocimientos. Pese a ello, en pocas  disciplinas se encuentran tantos "expertos" dispuestos a sentar cátedra sobre la materia, cuando jamás han estudiado nutrición o en el mejor de los casos, han leido algún que otro libro o han hecho un curso de unas cuantas horas.
Los científicos y profesionales sanitarios, son mucho más prudentes, en la mayoría de los casos restringen su información nutricional y la suministran con un lenguaje más riguroso, también menos atractivo...y como se dice "a veces no queremos oír la verdad" preferimos que nos convenzan con fantasias.
Claro que esta forma tan rigurosa no es la más conveniente para ayudar a mejorar la educación nutricional de la población, lo que hace necesario tomar algunas medidas:
Es necesario que las personas que asesoren en temas nutricionales tengan verdaderos conocimientos de nutrición. En ese sentido, debería regularse cuál es la formación mínima necesaria para permitir realizar esta labor con garantía.


La  Nutrición es una ciencia moderna, pero en la que se han hecho grandes avances en los últimos años. Por ello, merece el respeto y el reconocimiento de que, por el hecho de comer todos los días, cualquier persona no es un experto en nutrición.
Los profesionales con formación en la materia deberían asumir su responsabilidad de transmitir sus conocimientos a la población y de contribuir a luchar contra los tópicos y opiniones infundadas que se extienden facilimente o contribuyen a perjudicar el estado nutritivo y la salud de las personas, como decía Grande Covián "la credulidad en materia de nutrición es infinita".


Las últimas investigaciones sobre la relación dieta -salud sugieren que podría llegar un día en el que las recomendaciones para conseguir una dieta sana se tengan que adaptar a cada individuo.
Los educadores y expertos en nutrición debemos tomar un papel mas activo en la educación nutricional de la población y en la lucha contra la información nutricional equivocada, tan abundante en los medios de comunicación social y la publicidad.