¿Quién tira la primera piedra?

Publicado el 23 febrero 2013 por Aquila1

¿Quién tira la primera piedra?

Suele decirse que en las sociedades democráticas las personas tenemos los mismos derechos y deberes, las Constituciones de cada Estado así lo establecen, pero ¿es así en la realidad?

Un mundo que cambia…

Durante el transcurso de la historia de la humanidad diversos temas han acaparado la atención de las personas, y uno de estos tantos ha sido la existencia y el reconocimiento de la homosexualidad.

Esta última cuestión ha dado lugar a muchos debates, los que han ido en aumento, en cuanto se ha incrementado el número de individuos que mantienen una relación sexual abierta con otros de su propio sexo.

Si bien se han obtenido grandes conquistas en estos últimos años, como consecuencia especialmente de la intensa actividad de los movimientos LGBT en diferentes partes del mundo, faltan muchas conquistas a alcanzar en materia de derechos humanos para lograr una real equiparación entre las personas homosexuales y las heterosexuales. No es momento de desmayos. El camino se está despejando, solo queda seguir transitando e ir quitando los escollos que van quedando en el camino.

¿Quién tira la primera piedra?

Por años la heterosexualidad ha sido la regla, ya que, por diversos motivos, las personas homosexuales no se habían podido mostrar libremente.

Castigados, vapuleados, burlados, por siglos, han tenido que vivir en la oscuridad, con el temor de ser descubierertos, o viviendo vidas que no son propias.

¿Porqué por algo tan íntimo como la orientación sexual, las personas deben ser discriminadas? ¿Con qué derecho algunas personas creen que son capaces de decidir en algo tan importante como la sexualidad de cada uno?

Difícil determinarlo, pero lo que sí sabemos es que muchas de las posibles causas de discriminación hacia los homosexuales están vinculadas a la presión social y a las normas morales y religiosas mantenidas en el tiempo.

Estas ejercen un poder tan fuerte en la sociedad, que son capaces de impedir que algunas personas incursionen en ella como le corresponde a cualquier ciudadano.

Lamentablemente, la misma sociedad los impulsa a aislarse, disminuyendo sus posibilidades de interacción con otras personas tan necesaria para el desarrollo de cada ser humano. (Muchas veces reprochando luego ese aislamiento)

Y es especialmente cruel, en la adolescencia, donde la necesidad de comunicarse con sus pares es fundamental para poder formar la personalidad del joven. Muchas familias deben asumir su propia culpabilidad, al hacer asumir a esos muchach@s un rol heterosexual que no tiene, llevándolos a graves depresiones y angustias, por el temor a ser despreciados, además de sus iguales, por el grupo primario por excelencia: la familia.

Ciudadanos de segunda, ¿quiénes…?

Lo dicho con anterioridad nos lleva a otra cuestión, ¿son considerados los homosexuales ciudadanos de segunda?

Lamentablemente, en muchas sociedades todavía si lo son. Si tenemos en cuenta la definición más aceptada , veremos que se considera ciudadano de segunda a aquella persona que pese a tener ciudadanía plena es sistemáticamente discriminada dentro de un Estado al limitarse sus derechos, sin una motivación racional.

De acuerdo a este concepto, las personas homosexuales estarían, lamentablemente, y aún con todos los avances logrados, dentro de la definición anteriormente mencionada.

Los gobernantes niegan activamente la existencia de esa clasificación, sin embargo en la realidad esta negativa no parece válida, ya que en lugar de ser protegidos permanentemente por la ley como deben ser todos los ciudadanos y habitantes de un Estado, la ley suele ignorarlos o no les considera algunos derechos, que pueden ir desde el derecho a la educación, al libre tránsito y asociación, o hasta el matrimonio.

Toda Sociedad que se jacte de civilizada, debería tener en cuenta:

1-La homosexualidad no es una preferencia, es una orientación sexual legítima tal como lo es ser heterosexual.

2-No es algo en lo que nos podamos convertir a voluntad, no es una profesión, no es una filosofía de vida.

3-No es una moda no es algo que pasará, ni un club social del que se entra y se sale cuando se quiere.

4-No contagia, no es un virus, no es un germen, porque no es una enfermedad.

5-No es pecado, no es inmoral, no es sadismo. Podemos tener amigos homosexuales, no se van a lanzar sobre nosotros cuando estemos distraídos, al contrario, es bueno comprender que todos los seres humanos somos capaces de amar , sufrir y odiar de la misma forma , más allá de las características personales de cada uno; que nada tiene que ver con la orientación sexual. Por eso, es bueno conocer en profundidad a quiénes consideramos tan diferentes a nosotros; seguramente seremos gratamente sorprendido.

6-Los homosexuales no son promiscuos, como muchas personas dicen, no viven de encuentros amoroso esporádicos, de una noche, desenfrenados. Eso es una gran distorsión de la realidad. De hecho una gran cantidad de personas homosexuales(al igual que los heterosexuales) viven con sus compañeros en relación de pareja durante mucho tiempo, o toda la vida. Pero eso solo podemos saberlo si abrimos ampliamente las puertas de la Sociedad como debe ser, y terminamos de una vez por todas con los prejuicios que tanto daño han hecho a la Raza humana.

Llegó el momento…

Llegó la hora de comprender que tanto homosexuales como heterosexuales tenemos los mismo derechos (ya que también tenemos las mismas obligaciones) o deberíamos tenerlos en cuanto a la posibilidad de desarrollarnos como personas, socializándonos y desarrollando las capacidades intelectuales o habilidades que nos hacen aptos para la convivencia social; convirtiéndonos en seres útiles y valiosos para nuestro progreso y el de la Sociedad en general.

Es hora de que las personas homosexuales puedan estar con sus parejas libremente en cualquier punto del lugar en que residen, para cortejar, bailar, ir a la Iglesia, o simplemente mostrarse afecto tal como los heterosexuales lo hacen .Manifestar amor nunca puede ser malo.

Y por último, es hora de que los Medios de Comunicación, en especial la televisión, dejen de inventar personajes gay con conductas estereotipadas y grotescas, que solo sirven para aumentar la discriminación y el rechazo hacia a aquellas personas homosexuales que no comparten esos patrones de conducta.

Nadie tiene que avergonzarse de lo que es, cualquiera sea su sexo, orientación o identidad sexual, como tampoco por el color de la piel o la etnia.

La dignidad es un atributo intrínseco de todos los seres humanos, que no debe afectarse de ningún modo por nuestras características personales.

Ser homosexual implica simplemente sentir atracción por personas del mismo sexo. Es algo muy sencillo de entender, entonces, ¿por qué debemos inventar o imaginas cosas que no son reales?